Durante los últimos años, Monsanto no le ha estado yendo bien financieramente. Entre varios proyectos decaídos, las campañas por el etiquetado de alimentos transgénicos, las movilizaciones mundiales que le han otorgado una mala imagen y varios negocios frustrados, como el procesamiento de semillas de maíz en la localidad de Malvinas Argentinas en la provincia de Córdoba, le ha generado un dolor de cabeza tras otro. Sin embargo, esa ajustada situación económica, que llevó a tomar la decisión de ser absorbido por otra empresa, funciona como un efecto de una verdadera crisis ambiental generada por las corporaciones del agro-negocio. Para el Dr. Medardo ávila Vásquez, pediatra e integrante de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados: “La fusión de Bayer con Monsanto se explica en el marco de que los ejecutivos de Monsanto y otras empresas se han nuevamente equivocado como hace 20 años. Porque ellos creyeron que el negocio de los transgénicos iba a estar por el lado de las semillas”.