El despechado siempre tiene razón, siempre es el mejor, el que mejor besa, el que no puede ser ni nunca será olvidado, el que más ha querido y amado, el traicionado, el siempre fiel, el que ha dado y ofrecido los mejores momentos a su pareja, el irremplazable, el fuera de serie…
El despechado también es el que nunca ha hecho un regalo romántico, pero que ahora va por la calle con un ramo de flores, o al menos con una rosa adornada con unas hojitas verdes y en un cucurucho de papel celofán.
Siempre (este siempre entre comillas) la pareja causante del despecho es la mala de la película, mentirosa, traicionera, ingrata, que nos ha abandonado, que nos ha puesto a un lado por interés, dando pie a la copla/refrán “el amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que le tenía”… pero que así y todo queremos volver, por eso en el despecho siempre hay algo de sadomasoquismo.
El despechado también es el que nunca ha hecho un regalo romántico, pero que ahora va por la calle con un ramo de flores, o al menos con una rosa adornada con unas hojitas verdes y en un cucurucho de papel celofán.
Siempre (este siempre entre comillas) la pareja causante del despecho es la mala de la película, mentirosa, traicionera, ingrata, que nos ha abandonado, que nos ha puesto a un lado por interés, dando pie a la copla/refrán “el amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que le tenía”… pero que así y todo queremos volver, por eso en el despecho siempre hay algo de sadomasoquismo.
