Pese a que la comercialización del café es un negocio altamente lucrativo, pues se trata del producto agrícola-tropical más vendido en el mundo, esta realidad contrasta con la crisis económica internacional que viven los pequeños productores. El oligopolio, al que pertenecen empresas como Nestlé, JDE y LAVAZZA, que controlan el 81% del mercado mundial, “han creado nuevas y modernas tiendas de raya”, acusan los productores. Precios inciertos, cambios climáticos, plagas, geografía difícil y falta de recursos figuran entre los principales problemas que los campesinos enfrentan a diario. México ocupa el séptimo lugar entre los países productores de café, es también el segundo productor y exportador de café orgánico, cuya producción consta en un 95% de la variedad arábica, la cual se cultiva en regiones de altura, se trata pues de un café de la más alta calidad y que constituye alrededor del 60% de la demanda mundial. Su «rival», el café robusta, es de menor calidad y su precio no alcanza ni la mitad de lo que cotiza el arábica, ya que el robusta se destina principalmente a la producción de cafés instantáneos - solubles.