Fiesta de Tierra Caliente un encuentro proteger la vida y el territorio; Oaxaca, Coahuila y Guatemala, rechazan proyectos extractivos (Audio) Entre las verdes montañas de Capulalpam, Lachatao y San Juan Chicomezuchitl, en la Sierra Juárez de Oaxaca, cada año se realiza la Fiesta de Tierra Caliente, un festival cultural de comunidades serranas que se encuentran a las orillas del río grande para refrendar sus lazos de amistad para proteger la vida y su territorio ante la devastación que dejaron las compañías mineras Natividad y Teocuitla, que colocaron sus desechos en los al redores, contaminando así extensas áreas de terrenos comunales y el río grande. Este 19 y 20 de mayo, las nueve comunidades serranas recibieron a afectados de la región carbonífera de Coahuila para así generar un entendimiento de las diferentes realidades que existen contra la minería en el norte y sur de México, además de fortalecer las alianzas entre los diversos actores que se encuentran en la defensa del territorio. Los participantes realizaron el pasado domingo un recorrido místico-religioso hacia "Agua Blanca", donde el presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Capulálpam, Netzar Arreortua, dio las palabras de bienvenida a todos los asistentes e invitando a las comunidades serranas a reflexionar sobre los peligros y daños que ocasionan los proyectos extractivos, además, señaló que recientemente el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, estuvo de visita en Coahuila ofreciendo a las empresas transnacionales que vengan a invertir a Oaxaca. “Ese sería un grave error que lo permitamos… no podemos decir que Oaxaca su vocación sea minera, la vocación de los pueblos de la Sierra Juárez es 100% forestal”, refirió. Cabe señalar que en el Sexto Festival de Tierra Caliente. también se difundió la lucha que mantienen, desde 2006, 12 comunidades de Guatemala en contra de la procesadora San Gabriel, de la empresa Cementos Progreso, que se instaló en los alrededores de los sitios sagrados de la comunidad de San Juan Sacatepéquez sin consulta previa y poco a poco se ha ido expandiendo y dejando sin agua a los pobladores originarios que ven la agricultura un aspecto central para organizar la vida cotidiana de la comunidad. Estos testimonios que presentaremos en la segunda parte del programa son parte de las experiencias que 33 estudiantes de Centro, Norte y Sudamérica compartieron a través de generación 2018 de la Escuela Mesoamericana en Movimiento, un esfuerzo ejemplar para fortalecer la formación de la educación popular en el continente americano.