Yo habito en ti
como tú habitas en mí.
Nos llevamos a todas partes…
Somos el recuerdo y la nostalgia
que conviven en armonía.
Nos habitamos:
como el verso en el poema,
el perfume en la rosa,
el silencio en la calma…
como la libertad que respira
un pájaro en vuelo.
Reinventamos sueños…
vestimos deseos con la misma esencia,
vivimos la vida dejando abiertos los secretos.
Nos habitamos:
tus ojos transportan mi mirada,
tus pasos deslizan mis pies,
mi espacio yace en tu espacio.
Me refugio en tu cuerpo cuando te escondes en el mío.
Y te siento…
y me sientes…
Te construyo y te derribo,
me levantas y me dejas caer.
Te imagino oasis… me imaginas desierto,
saboreo tus abismos…permaneces en mi Tiempo,
humedeces mi huella cuando seco tus sudores.
Capturas el sol para que brille en mi noche
y yo detengo la luna
para prenderla a tu almohada.
Mi camino espera por tus huellas
y tus pasos siguen mi destino.
Nos habitamos…
como alquimistas del placer,
como sacerdotes blasfemos
que con rituales mágicos
pintan el tiempo en un calendario.
Hojeamos la vida sin escrúpulos
para llenar el solar de los ausentes.
Completo tu poema inconcluso
cuando agotas mis silencios y mis alas.
Me habitas…
Te habito…
Siento como tú sientes
y hablas como si fueras yo misma.
Nos habitamos…
y yo presiento…
que quizás somos lo mismo.
María del Carmen Méndez
Laborde - Cba. – Argentina