Lunes. Seis de la mañana. No es fácil levantarse un lunes a la mañana para comenzar la semana. Ni siquiera cuando uno se levanta siendo campeon de América. En fútbol, pero campeón de América. Si uno se levantara un lunes como hoy, siendo campeón de América en calidad de vida en su país, supongo sería mejor. No sé. Pero hoy me he levantado a la semana, siendo uno más de los tres millones y medio que somos de campeones de América. Mi sueldo es el mismo, pero mi sonrisa no. Si yo tuviera el mismo salario, pero me hubiera levantado a un lunes no campeón de América, seguro sería más infeliz. Porque el futbol aveces me da felicidad. Y aveces es precisamente este lunes, en que me levanté como campeón de América. Voy a encarar al jefe y pedirle aumento de sueldo. Y cuando me pregunte ¿por qué? Le voy a decir con esta misma sonrisa con que hoy me levanté siendo campeón de América, que justifico mi aumento de haberes por el simple hecho de que soy un campeón de América. El me responderá que él también es campeón de América. Y entonces, con esta habilidad que me caracteriza cuando estoy feliz de ser un campeón de América, le dire que él también puede aumentarse el sueldo, ya que también es un digno campeón de América. Y voy a ir por más. Cuando vuelva a casa a la tarde, le voy a pedir a mi esposa que no me deje más mi ropa en el lavarropa para que yo me la lave por la sencilla razón de que ella también labura como una negra todo el día, ya que ahora soy campeón de América y merezco ciertos privilegios. Y claro, ella me va a responder que ella también es campeona de América y tiene razón. Entonces le voy a proponer que de aquí en más, vamos a contratar a una señora para que nos lave la ropa, así seremos unos dignos campeones de América mi esposa y yo. Ella me va a salir con que a la señora que contratemos para lavar la ropa vamos a tener que pagarle bien ya que dicha empleada también va a ser campeona de América. Y yo le voy a decir que está bien, que una lavandera campeona de América se merece una buena paga y que no hay problema porque mi jefe me va a aumentar el sueldo por ser campeón de América. Y si el gerente de mi jefe le responde que también él es campeón de América, bien, que también se aumente el sueldo. Y si al dueño de la fábrica se le ocurre poner como escusa que él también es campeón de América, pues no hay problema, que aumente los artículos que fabricamos ya que son realizados por la fábrica que es campeona de América. Y si los clientes protestan aludiendo que ellos también son campeones de América y no estan dispuestos a pagar el sobreprecio, que vayan a comprarle los productos a los que salieron segundos o terceros, que seguramente van a tener que rebajar los mismos a causa del mal desempeño de su selección.
Es como lo decía mi tata, que los gusanos lo tengan en la gloria: “Mirá mi’hijito, uno tiene que hacer valer sus triunfos y disimular sus derrotas, si no quiere pasarse la vida empatando para no ir al descenso.” Y así voy a hacer yo. Por lo menos hasta la próxima Copa América.
MIGUEL ANGEL ABUD