Por Violeta Narváez, guerrillera de las FARC-EP.
La primera computadora se creó en 1946 y fue bautizada ENIAC, por sus siglas en inglés. Era un aparato gigante, de alrededor de 167 metros cuadrados. Su objetivo era calcular la trayectoria balística de las armas de fuego nuevas en la Segunda Guerra Mundial.
Para la construcción de la ENIAC, el gobierno de los EEEUU contrató a los ingenieros John Presper Eckert y John William Mauchly, los encargados de unir las piezas de la primera computadora. Sin embargo, quien escribió esta historia olvidó mencionar al grupo de seis mujeres matemáticas que tuvieron como tarea pensar y escribir los programas de cálculo de trayectoria balística que debía hacer la ENIAC.
Betty Jean Jennings Bartik, Kathleen McNulty Antonelli, Ruth Lichterman Teitelbaum, Frances Bilas Spence, Marlyn Wescoff Meltzer y Betty Snyder Holberton fueron las seis mujeres encargadas de la elaboración del software de la ENIAC y de su programación que consistía en conectar y desconectar alrededor de 6000 cables. La computadora hacía los cálculos de trayectoria en 10 segundos, pero para esto tomaba uno o dos días de configuración con un nuevo grupo de problemas a resolver.
Es importante tener en cuenta cómo se hacían los cálculos de trayectoria balística antes de la creación de la ENIC: Ochenta mujeres matemáticas trabajaban en la Universidad de Pensilvania, resolviendo a mano las ecuaciones diferenciales.
Justamente, de estas ochenta mujeres, fueron seleccionadas las seis que adaptarían el trabajo manual a la gran computadora. Ellas sin manuales de programación, contando solo con la documentación del cableado programaron en el sistema binario. Una limitante para su trabajo era que “por motivos de seguridad militar” tenían prohibido el acceso a la ENIAC hasta el momento de la programación física.
Estas mujeres hicieron la programación sencilla y accesible. Su trabajo contribuyó a la evolución de la programación entre las décadas del cuarenta y el cincuenta. Crearon el primer set de rutinas, las primeras aplicaciones de software y las primeras clases de programación.
Como retribución a su trabajo obtuvieron poco. Cuando en 1946 la Armada hizo pública la existencia de la ENIAC y el funcionamiento perfecto de su software, las seis mujeres no fueron mencionadas.
Pero esto no quedó ahí. Cuando salieron las primeras fotos de las programadoras junto a la ENIAC la prensa las registró como modelos que posaban para “embellecer” el producto.
A mediados de la década de los ochenta la investigadora Kathy Kleiman rescató la historia de las seis programadoras.
Posteriormente, en 1997 fue reconocido su aporte a la tecnología informática con la inclusión de sus nombres en el Salón de la Fama de Mujeres en la Tecnología Internacional.
En 2014 el Grupo de Programadores ENIAC hizo un documental en homenaje al aporte de estas mujeres.
En la actualidad se identifica la programación como un trabajo de hombres. Incluso en algunas universidades los profesores dicen que las mujeres no son buenas para desempeñar este oficio. Pero la realidad nos permite preguntar ¿Qué sería de la programación sin el aporte de las mujeres?