Soy estudiante de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Hago parte del colectivo Desde Abajo. Quiero referirme a unos hechos recientes en la universidad. En abril de 2015, en el marco del paro de trabajadores y en relación con el apoyo de estudiantes. En mayo llegan correos amenazando a estudiantes. Amenazan a estudiantes de agronomía y sociología. Viene de las “Águilas Negras”. Los abogados de DDHH dicen que las “Águilas Negras” no existen como paramilitares sino como colectivos de amenazas e intimidación con organismos del estado y fuerzas militares. En este caso actúan con ese nombre, cuando en realidad son fuerzas militares que se sirven de esta imagen para amenazar estudiantes.
Una de las cartas de amenaza de las Aguilas Negras
Se ha reaccionado desde profesores y estudiantes amenazados y se ha brindado apoyo a los estudiantes amenazados. Han perseguido sistemáticamente, por ejemplo, a una persona. Resalto este carácter de vigilancia individual y colectiva. Lo que acá se llama BACRIM (Bandas Criminales) en Colombia. Es la misma lógica de represión con otra estructura. Los paramilitares son redes más que frentes como lo fueran los paramilitares en los 90 y comienzos del 2000.
No podemos usar espacios en la Universidad porque en la amenaza se comentan los movimientos detallados del movimiento estudiantil en los últimos 6 meses. Miguel Ángel Beltrán, el profesor ilegalmente capturado y extraditado de México, ha sido perseguido y expulsado de la Universidad. Siguen una muy sistemática estrategia de persecución. Los servicios de vigilancia y Seguridad privada de la universidad contrata paramilitares reinsertados. Se configura un escenario de persecución permanente.