Fue una feroz batalla entre los 'Punchers' (“ponchers”) protestantes y los 'Crusaders' (“cruseiders”) católicos.
Marcaron primero los 'Crusaders'. Jesús aplaudió alborozadamente y lanzó al aire su sombrero.
Después marcaron los 'Punchers'. Y Jesús volvió a aplaudir entusiasmado y nuevamente voló su sombrero por los aires.
Esto pareció desconcertar a un hombre que se encontraba detrás de nosotros.
HOMBRE ¡Oiga, oiga, buen hombre! ¿A qué equipo apoya usted?
JESÚS (VISIBLEMENTE EXITADO POR EL JUEGO) ¿Yo? ¡Ah, bueno! Yo no animo a ningún equipo. Sencillamente disfruto del juego.
NARRADORA El hombre se volvió a su vecino de asiento y,
haciendo un gesto de desprecio, le susurró:
HOMBRE Humm... ¡un ateo!
NARRADORA Cuando regresábamos, le informamos en pocas palabras a Jesús acerca de la situación religiosa del mundo actual. «Es curioso lo que ocurre con las personas religiosas, Señor», le decíamos.
«Siempre parecen pensar que Dios está de su parte y en contra de los del otro bando».
JESÚS Sí… Por eso es por lo que yo no apoyo a las religiones, sino a las personas. Las personas son más importantes que las religiones. La mujer y el hombre son más importantes que el sábado.
AMIGO (PREOCUPADO) Oye, Jesús: Deberías tener cuidado con lo que dices. Ya fuiste crucificado una vez por decir cosas parecidas, ¿te acuerdas?
NARRADORA Jesús sonrió entonces irónicamente y respondió:
JESÚS Sí ...y por personas religiosas precisamente.