Nació en un pequeño pueblo de la serranía del estado Trujillo llamado Isnotú, el 26 de octubre de 1864, y tras realizar sus estudios universitarios, se licenció en Medicina, donde destacó por su dedicación y esfuerzo. José Gregorio Hernández fue director del Laboratorio Nacional de Venezuela y profesor de bacteriología en la Universidad Central de Venezuela; también ocupó el cargo de director del Hospital Vargas de Caracas.
Además de su labor profesional en medicina, en 1910 tomó los hábitos de cartujo y se recluyó durante algunos meses en un monasterio de la orden; sin embargo, al año siguiente regresaría a su país. Entre 1915 y 1916 realizó diversos viajes por Francia y España para ampliar sus conocimientos en ciencias. Es autor de varias obras científicas y entre ellas merece destacarse su Tratado de bacteriología. Murió en 1919 en Caracas a consecuencia de un trágico y absurdo accidente automovilístico cuando en la ciudad capital el número de vehículos era muy bajo; acaso no superaba a los 100 automóviles.
Y a pesar que en el seno de nuestras creencias bastantes folclóricas se le venere, atribuyéndosele poderes, y, de realizar milagros verdaderos, e incluso, se le idolatre en la santería muy practicada en el área del Caribe, José Gregorio Hernández es paradigma de la profesión médica en Venezuela.
Veintiséis de octubre, natalicio del siervo de Dios, el médico de los pobres. Un ejemplo de verdadera vocación de servicio y cumplimiento con orgullo, humildad y gran responsabilidad del juramento hipocrático para nuestras nuevas generaciones de galenos y profesionales en general.
ROSARIO A JOSÉ GREGORIO HERNANDEZ CISNEROS PARA COMENZAR: Con el rosario ordinario, se dice: -El Credo, -Un Padre Nuestro y, -Un Ave María. SEÑOR MÍO JESUCRISTO, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas: me pesa de todo mi corazón de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, bondad infinita; y también me pesa, porque me podéis castigar con las penas eternas del infierno. Propongo, firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén. EN LAS CUENTAS GRANDES DE LOS MISTERIOS: “Este rosario lo reza el Padre Eterno, lo reza Jesús de Nazaret, lo reza el Espíritu Santo y lo reza la Santísima Virgen María, para darle más poder al espíritu de José Gregorio Hernández Cisneros, para que haga las sanaciones con sus manos a los enfermos que él toque, queden sanados, la medicina son sus manos, para sanar y queden sanados”. EN LAS 10 CUENTAS PEQUEÑAS: “Padre nuestro, que estás en el cielo; santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén”. PARA TERMINAR: -Un Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, -Un Señor mío Jesucristo, -Un padre nuestro y -Un Ave María. BENDICIÓN: Que el Señor nos bendiga y nos guarde; que ilumine el Señor su rostro sobre nosotros y nos sea propicio; que el Señor nos muestre su rostro y nos conceda la paz. Y que el Señor nos bendiga a todos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. “FAMILIA QUE REZA EL ROSARIO UNIDA, PERMANECE UNIDA”