Deuteronomio 4,23
El relato del Deuteronomio para el día de hoy nos recuerda el pacto que Dios hizo con su pueblo, y nos advierte de no caer en el error de crear, adorar y seguir otros ídolos.
En medio de un mundo turbulento, con una sobreabundancia de propuestas de éxito, de superación, de individualismo y de tantos otros mandatos sin contenido; allí nos encontramos nosotras y nosotros, en ocasiones desorientados, confundidas, poniendo nuestra fe y nuestras esperanzas en cosas erróneas, falsas o efímeras. Un sin número de cosas o motivaciones pueden ser hoy entendidas como idolatrías. En palabras de Lutero podemos resumirlo como aquello donde colocamos nuestro corazón, allí se encuentra nuestro dios.
Sin duda, estamos invitados a pensar en dónde estamos poniendo nuestro corazón.
El texto bíblico para hoy nos acerca una exhortación, una llamada de atención a no perder el centro. Nos recuerda cuáles son nuestras raíces y cuál es nuestro rumbo. Sabernos pueblo de Dios, elegidos por él mismo, nos hace anclar en un lugar seguro, a mantener nuestra fe en el Dios de la vida que camina junto a nosotros y a no olvidarnos de que somos parte de un mismo pueblo, somos hermanas y hermanos que nos necesitamos unos a otros.
Quiera nuestro Dios ayudarnos a seguirlo sólo a él, a confiar sólo en él y a caminar juntos como pueblo en un espíritu de hermandad y solidaridad. Amén.
Romina A. Dubs
Deuteronomio 4,15-24