Radioteca ya no recibe más audios. Los audios existentes permanecerán en línea.

[Leer aviso]

Por falta de fondos, desde junio de 2020, este portal de intercambios se encuentra congelado. Ha sido imposible mantener activo el sitio que ha crecido constantemente desde que se abrió en 2006. Queremos agradecer a quienes, de una u otra forma, apoyaron esta iniciativa de Radialistas Apasionadas y Apasionados: la oficina de UNESCO en Quito por aportar el empujón inicial; a CAFOD por confiar siempre en nuestras iniciativas; a HIVOS y la DW-Akademie por sus apoyos para ir mejorando la web y mantener el servidor; a Código Sur por sostener técnicamente Radioteca la mayoría del tiempo que estuvo activa; a Roberto Soto por su solidaridad técnica en estos últimos años; y la Red de Radios Comunitarias y Software Libre que, junto a Guifi.net, permiten que esta versión final de Radioteca siga en línea y no se pierdan nunca los audios que muchas radios nos confiaron a lo largo de 14 años.

Recomendamos Archive.org para guardar tus audios online.

LA CALLE DEL AGUJERO EN LA MEDIA
LA CALLE DEL AGUJERO EN LA MEDIA
Descripción:

Poema del argentino Raúl González Tuñón

Libreto:
LA CALLE DEL AGUJERO EN LA MEDIA

Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad

y la mujer que amo con una boina azul.

Yo conozco la música de un barracón de feria

barquitos en botellas y humo en el horizonte.

Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad.

Ni la noche tumbada sobre el ruido del bar

ni los labios sesgados sobre un viejo cantar

ni el afiche apagado del grotesco armazón

telaraña del mundo para mi corazón.

¡Ni las luces que siempre se van con otros hombres

de rodillas desnudas y de brazos tendidos!

-Tenía unos pocos sueños iguales a los sueños

que acarician de noche a los niños dormidos-.

Tenía el resplandor de una felicidad

y veía mi rostro fijado en las vidrieras

y en un lugar del mundo era un hombre feliz.

¿Conoce usted paisajes pintados en los vidrios?

¿Y muñecos de trapo con alegres bonetes?

¿Y soldaditos juntos marchando en la mañana

y carros de verduras con colores alegres?

Yo conozco una calle de una ciudad cualquiera

y mi alma tan lejana y tan cerca de mí

y riendo de la muerte y de la suerte y

feliz como una rama de viento en primavera.

El ciego está cantando. Te digo: ¡Amo la guerra!

Esto es simple querida, como el globo de luz

del hotel en que vives. Yo subo la escalera

y la música viene a mi lado, la música.

Los dos somos gitanos de una troupe vagabunda

alegres en lo alto de una calle cualquiera.

Alegres las campanas como una nueva voz.

Tú crees todavía en la revolución

y por el agujero que coses en tu media

sale el sol y se llena todo el cuarto de luz.

Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad,

una calle que nadie conoce ni transita.

Solo yo voy por ella con mi dolor desnudo

solo con el recuerdo de una mujer querida.

Está en un puerto. ¿Un puerto? Yo he conocido un puerto.

Decir, yo he conocido, es decir: Algo ha muerto.

[Leer licencia]
Este material se publica bajo los términos de la licencia:
Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
Usted es libre de:

Compartir — copiar y redistribuir el material en cualquier medio o formato.

Adaptar — remezclar, transformar y construir a partir del material.

Bajo los siguientes términos:

Atribución — Usted debe dar crédito de manera adecuada, brindar un enlace a la licencia, e indicar si se han realizado cambios.

No Comercial — Usted no puede hacer uso del material con propósitos comerciales.

Compartir Igual — Si remezcla, transforma o crea a partir del material, debe distribuir su contribución bajo la la misma licencia.


 
ESTE CONTENIDO NO TIENE COMENTARIOS