FECHA: 8-10-2018
REDACTOR: Alden Hernández Díaz y José Alemán Mesa
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: “La dulce valía del patrimonio azucarero en Ciego de Ávila”
La Trocha de Júcaro a Morón; el batey del antiguo Central “Cunagua”, en Bolivia; el grupo de danza La Cinta, en Baraguá; el complejo escultórico de Lázaro López, en Majagua; el museo Sitio
Arqueológico Los Buchillones, en Chambas; los bandos Rojo y Azul, fiesta campesina de los majagüenses; entre otros lugares y eventos, forman una verdadera conciencia de los valores del patrimonio cultural como imagen de identidad en los avileños.
Los elementos formativos de este rico tesoro material e inmaterial de la central provincia se encuentran muy relacionados con la agroindustria azucarera, idea que sostiene el investigador e historiador José Martín Suárez, quien, además, en uso de la lírica osa decir que el entorno urbanístico de la ciudad cabecera y del municipio de Morón creció en un grano de azúcar sobre la vía férrea.
En Ciego de Ávila, como en toda Cuba, los elementos hispanos predominantes hasta finales del siglo XIX se mezclan con otros nuevos aportados por inmigrantes de diferentes territorios del país, del área del Caribe y de otras latitudes, en ese papel aglutinador a partir de la caña de azúcar en la consolidación de la sociedad avileña, de su patrimonio, explicó Martín Suárez.
Durante el siglo XIX este territorio representó un rol meramente
subsidiario con el aporte de bueyes y de tasajo de res para la gran
producción y el monopolio que ejerció la familia Valle-Iznaga, de
Trinidad, sobre la agroindustria del dulce en esta región, lo cual
impidió en tierras avileñas una mayor proliferación de instalaciones
dedicadas al procesamiento industrial de la gramínea, refiere el
investigador.
Los centros donde se procesaba la caña de azúcar en tierras avileñas en ese entonces poseían poca envergadura, un total de seis, la mayoría eran pequeños trapiches que contaban con apenas una decena de negros esclavos, dedicados a las funciones dentro de aquellas precarias fábricas, señaló.
Martín Suárez añade que los dos ingenios decimonónicos más florecientes que tuvo Ciego de Ávila fueron La Resurrección o Las Coloradas, ubicado en lo que hoy es el fondo de la comunidad de Vicente, y Nuestra Santísima Señora de la Soledad, en el sur de la provincia, a unas nueve millas del puerto de Júcaro, de los cuales poco se conserva en la actualidad.
El azúcar en la historia cubana resultó una fuente de riqueza, pero entre sus principales valores está el de fundir cual especie de crisol lo más valioso de las tradiciones de poblaciones de diferentes orígenes, que por causas diversas se asentaron en la Mayor de las Antillas, para originar lo que actualmente somos.
Fue un comentario de Alden Hernández Díaz y José Alemán Mesa … en la voz de… y la realización de…
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