FECHA: 6 de marzo de 2018
REDACTOR: Enrique Valdés Machín
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: La hierba que pagamos… y no comemos.
Desde hace algún tiempo se ha convertido en casi una moda, por cierto, de mal gusto, la existencia de toda una gama de productos agrícolas “adornados “con un ostentoso racimo de hierba tan o más pesado que el alimento en cuestión.
Si bien eso ayuda al consumidor a reducir el margen de error a la hora de conocer si lo que pretende adquirir está fresco o no (bástese con comprobar el color de la planta), también lo encarece notablemente.
Algunos administradores de puntos de venta que se rigen por el margen comercial de precios aprobados hace algunos años por el Ministerio de Finanzas y Precios, me explicaban que en los casos de la cebolla, zanahoria y remolacha, por solo citar algunos ejemplos, estaban obligados a venderlas con la hierba porque esta venía incluida en el peso de la carga y los márgenes de merma eran muy estrechos.
Escogimos al azar los mazos de algunos consumidores que accedieron a enriquecer la investigación para realizar este trabajo y en la casi totalidad “el adorno” igualaba o superaba el precio del alimento.
Así un mazo de 5 zanahorias, a 4 pesos la libra, alcanzaba el nada módico precio de 16 pesos, 2 de ellas, o sea, 8 pesos en su tallo casi marchito que el dependiente del agromercado accedió quitar después de pesar el producto.
En consecuencia la libra en cuestión no se pagó a 4 sino a 8 pesos porque el resto del dinero fue destinado a pagar algo cuyo destino final fue el latón de basura.
Igualmente sucede con la cebolla, aunque en honor a la verdad, no encontré en los márgenes comerciales de precios nada referido al molesto, innecesario e incomprensible apéndice.
Recuerdo ahora que hace algunos años la principal divisa del sector era la de ofertar un servicio eficiente, con productos beneficiados y precios acordes con su verdadera calidad. ¿Adónde fueron a parar esos principios? ¿Por qué debe ser la población quien pague hoy los desechos de la cosecha?
Esta situación que a diario golpea los ya diezmados bolsillos de los consumidores abre también otras interrogantes: ¿engrosa esta hierba los informes de la cantidad de toneladas de alimentos que según se afirma se entregan a la población?
¿Está concebido en el presupuesto y recaudación de las Empresas de Mercados Agropecuarios ingresar jugosos ingresos por este concepto?
De cualquier manera la realidad, más rica que la ficción, nos enfrenta al absurdo- no puedo calificarlo de otra manera- de pagar por un racimo de hierba inservible, que va a la basura y por supuesto no comemos.
Audio disponible en esta dirección: https://radioteca.net/userprofile/ain_cuba/
Fue un comentario de Enrique Valdés Machín en la voz de… y la realización de…
ACN RADIO