FECHA: 13-12-19
REDACTOR: Magaly Zamora Morejón
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: La literatura también puede sanar
Desde que Johann Gutenberg inventó los tipos y se generalizó la impresión de textos, el libro ha acompañado al hombre a través de los tiempos y contribuido a hacerlo más capaz en sus diversos oficios o profesiones.
La estructura de títulos abarca una amplia gama de intereses y géneros, entre los que figuran novelas de aventura, biografías, obras de contenido histórico, social o científico, por lo que casi nadie queda indiferente ante un texto que responde a sus motivaciones personales.
Un libro impreso puede acompañarnos a cualquier parte, viajar en nuestro equipaje de mano, seguirnos al parque o a la cama, por ello no sólo ha sido catalogado como un medio de distracción o conocimiento, sino también como una herramienta terapéutica de autoayuda muy efectiva para enfrentar situaciones difíciles.
Conocida como biblioterapia, esta técnica hace uso de clásicos literarios para que reinterpretemos nuestra realidad y sus circunstancias de una forma entretenida y agradable.
Un corazón roto, dificultad para afrontar sus circunstancias, falta de espiritualidad, etc., pueden encontrar enfoques más positivos si los vemos desde libros que recojan tramas, personajes e historias que se relacionen de algún modo con nuestras dudas y preocupaciones.
El método, empleado desde principios del siglo XX, se centra mucho más en las obras de ficción y poesía que en los de no ficción, autoayuda o divulgación psicológica, pues todos los estudios al respecto parecen demostrar que las virtudes de ese tipo de literatura son mayores al ofrecer la posibilidad de transformar y desarrollar nuestras propias experiencias a través de terceros.
Viendo esta natural tendencia humana, los terapeutas emplean la biblioterapia para estimular el desarrollo de capacidades y sentimientos, y llevarnos a aprender de prácticas ajenas, simplemente leyendo.
En los tiempos modernos se ha extendido tanto esta técnica, que algunos expertos han llegado a elaborar manuales de remedios literarios en los que se pueden encontrar recetas de libros específicos para cada dolencia física o emocional.
Hoy está demostrado científicamente que los lectores de ficción duermen mejor, tienen mayor autoestima, menos probabilidades de caer en una depresión y menores niveles de estrés, porque la misma actividad de la lectura actúa a modo de meditación, relaja el cerebro y estimula la imaginación.
Un buen libro nos puede alegrar un día triste, ganar empatía, desarrollar nuestra inteligencia emocional o práctica e, incluso, nos puede hacer mejorar como personas.
Fue un comentario de Magaly Zamora Morejón… en la voz de… y la realización de…
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