CIENCIA Y TECNOLOGÍA (ACN RADIO)
FECHA: 9 mayo 2018
TEMA: La Luna, clave para mejorar la observación satelital
REDACTOR: Alain Amador
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN.
LOC: Numerosos satélites de observación de la Tierra emplean un ingrediente extra para garantizar la calidad y la fiabilidad de sus datos medioambientales: la Luna.
Mientras que la superficie terrestre se halla en constante evolución, la cara de la Luna no ha cambiado en millones de años, salvo contados impactos de meteoritos.
Por eso, la luz que refleja la superficie lunar es una fuente de calibración perfecta para los instrumentos de observación de la Tierra. Y ahora, un proyecto liderado por la Agencia Espacial Europea pretende que sea aún más útil.
En este sentido, se colocó un instrumento en lo alto de las laderas españolas del Teide, en Tenerife, por encima de la mayoría de las nubes y del polvo en suspensión.
El objetivo es medir las variaciones nocturnas en la luz de la Luna y, con el tiempo, mejorar la precisión de los trabajos de calibración lunar, explica Marc Bouvet, responsable del proyecto.
VOZ ESPAÑOL: “Agencias espaciales de todo el mundo utilizan la Luna para evaluar y supervisar la calibración de los instrumentos ópticos de observación de la Tierra.
Estos instrumentos se calibran cuidadosamente antes de su lanzamiento pero, una vez en el espacio, su rendimiento puede variar debido, por ejemplo, a la radiación, a la contaminación de la lente o a cambios mecánicos”.
Los científicos tienen que estar seguros de que los cambios en la luz recibida desde la Tierra representan cambios reales en el terreno, y no cambios en el instrumento.
Por eso necesitan objetivos que representen una fuente de luz estable e invariable para identificar cualquier variación en el rendimiento de las mediciones del instrumento espacial.
En comparación con cualquier lugar de la Tierra, la superficie de la Luna es inmutable, añade Marc.
Así, un gran número de misiones de observación de la Tierra la usan para supervisar la estabilidad de sus calibraciones, ya sea desde la órbita baja terrestre o geoestacionaria.
El principal problema ahora, es que la Luna que vemos no siempre es la misma.
No tiene una órbita totalmente circular alrededor de la Tierra, por lo que al cabo de VEINTIOCHO días de ciclo lunar no siempre vemos exactamente la misma cara.
En ocasiones vemos más los lados o la parte superior. Es lo que se conoce como libración lunar. De hecho, la Luna tarda DIECIOCHO años en volver a mostrar el mismo aspecto dos veces.
Novedades de la ciencia y la tecnología por medio de Alain Amador, Yosdani Muñoz y Yasney Crespo.
ACN RADIO
FECHA: 9 mayo 2018
TEMA: La Luna, clave para mejorar la observación satelital
REDACTOR: Alain Amador
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN.
LOC: Numerosos satélites de observación de la Tierra emplean un ingrediente extra para garantizar la calidad y la fiabilidad de sus datos medioambientales: la Luna.
Mientras que la superficie terrestre se halla en constante evolución, la cara de la Luna no ha cambiado en millones de años, salvo contados impactos de meteoritos.
Por eso, la luz que refleja la superficie lunar es una fuente de calibración perfecta para los instrumentos de observación de la Tierra. Y ahora, un proyecto liderado por la Agencia Espacial Europea pretende que sea aún más útil.
En este sentido, se colocó un instrumento en lo alto de las laderas españolas del Teide, en Tenerife, por encima de la mayoría de las nubes y del polvo en suspensión.
El objetivo es medir las variaciones nocturnas en la luz de la Luna y, con el tiempo, mejorar la precisión de los trabajos de calibración lunar, explica Marc Bouvet, responsable del proyecto.
VOZ ESPAÑOL: “Agencias espaciales de todo el mundo utilizan la Luna para evaluar y supervisar la calibración de los instrumentos ópticos de observación de la Tierra.
Estos instrumentos se calibran cuidadosamente antes de su lanzamiento pero, una vez en el espacio, su rendimiento puede variar debido, por ejemplo, a la radiación, a la contaminación de la lente o a cambios mecánicos”.
Los científicos tienen que estar seguros de que los cambios en la luz recibida desde la Tierra representan cambios reales en el terreno, y no cambios en el instrumento.
Por eso necesitan objetivos que representen una fuente de luz estable e invariable para identificar cualquier variación en el rendimiento de las mediciones del instrumento espacial.
En comparación con cualquier lugar de la Tierra, la superficie de la Luna es inmutable, añade Marc.
Así, un gran número de misiones de observación de la Tierra la usan para supervisar la estabilidad de sus calibraciones, ya sea desde la órbita baja terrestre o geoestacionaria.
El principal problema ahora, es que la Luna que vemos no siempre es la misma.
No tiene una órbita totalmente circular alrededor de la Tierra, por lo que al cabo de VEINTIOCHO días de ciclo lunar no siempre vemos exactamente la misma cara.
En ocasiones vemos más los lados o la parte superior. Es lo que se conoce como libración lunar. De hecho, la Luna tarda DIECIOCHO años en volver a mostrar el mismo aspecto dos veces.
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