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La nieta del General Quintín, herencia de honor.
La nieta del General Quintín, herencia de honor.
Descripción:

Dice deberle el parecido a la abuela paterna, también el nombre, pero mucho de sus facciones y el carácter le vienen de su segundo apellido -Bandera-, del abuelo Quintín, general de las 3 guerras independentistas cubanas.

Libreto:
COMENTARIO

FECHA: 02-02-18

REDACTOR: Lisandra Ronquillo Urgellés, estudiante de periodismo

SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN

LOC: La nieta del General Quintín: herencia de honor.

Dice deberle el parecido a la abuela paterna, también el nombre, pero mucho de sus facciones y el carácter le vienen de su segundo apellido -Bandera-, del abuelo Quintín, general de las 3 guerras independentistas cubanas.

Julia Martina Corzo Bandera tiene razones para enorgullecerse aun a los 81 años de edad, sobre todo, de las corrientes patrióticas que alimentan su existencia y han guiado el hilo de sus actos. Viuda, y a pesar de vivir sola, no le faltan el cariño y atenciones de familiares, vecinos y compañeros de trabajo.

A su madre, Dulce Virginia, la conquistó un joven, que al igual que el padre, un singular aunque desconocido coronel del Ejército Libertador, se llamaba Ignacio Corso. Y de la unión de ambos nació esta mujer, que al usar su bata blanca parece encarnar una mambisa de estos tiempos.

Debieron contarle muchas historias de Quintín a la pequeña Julia del barrio Jesús María… Mi mamá relataba que junto a su compadre Antonio Maceo realizó la Invasión a Occidente. Quintín lo hacía a pie y descalzo, mientras los demás iban a caballo. Si la caballería llegaba a las 4 de la tarde, ya a las 7 él estaba en el campamento durmiendo con ellos.

“Le llamaban el Burlador de la Trocha, cuando Quintín quería pasar inadvertido por algún lugar, lo hacía. Era una persona con la familia y otra en la manigua. Tuvo 7 hijos, 2 fuera del matrimonio y 5 con mi abuela Virginia. A pesar del poco tiempo que pudo dedicarles, era un padre cariñoso.”

Su primer historiador fue Tomás Savignón, con quien supe que mi abuelo aprendió a leer y a escribir a los 50 años en una cárcel española y conocí de su encuentro con la Reina Isabel II cuando era apenas un niño. Este año se cumplirán 112 años de su partida física.

La etapa final de la vida de su abuelo, y su muerte, rematado a machetazos, fue realmente cruel. Incluso, el presidente Tomás Estrada Palma se negó a darle sepulcro al patriota. ¿Cómo influyó este episodio en la familia?

Mi abuelo era un valiente, había participado en 3 guerras y quería unirse a otra más, esta vez contra el presidente Estrada Palma. La abuela le dijo que él ya estaba para sentarse detrás de la puerta a leer un rosario, y lo que hizo fue levantarse nuevamente en armas, en la llamada Guerrita de Agosto. Poco tiempo después, resultó asesinado por la guardia rural y eso marcaría a la familia, Virginia estaba embarazada.

El cadáver recorrió la ciudad dentro de una tosca caja de madera traslada en un carromato para carbón, sin siquiera la bandera cubana para adornarlo. Los restos, afortunadamente, fueron rescatados y ahora descansan en el Cementerio Cristóbal Colón.

A Julia le correspondió vivir una época diferente. Su estandarte no es la independencia que añoraba el abuelo, pues ese sueño fue hecho realidad el Primero de Enero de 1959. Desde esa fecha, la niña callada y observadora que creció en Jesús María, entendió que su lucha sería por la salud y comenzó los estudios de Medicina. A Julia Martina Corzo los molinos de este siglo no la asustan. Para esta Bandera del siglo XXI no hay mejor machete que el de llevar sobre su menudo cuerpo la bata blanca con la que ha salvado tantas vidas.

Fue un comentario de Lisandra Ronquillo Urgellés, estudiante de periodismo en la voz de…

ACN RADIO


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