Adaptación del cuento de Rosa Montero, Valores, Radio Nederland.
EFECTO QUIRÓFANO
ENFERMERO El paciente está listo para el trasplante. ¿Comenzamos?
DOCTORA Sí. Comencemos.
NARRADORA Roberta Jones olvidó su pasado e inició la operación. El paciente John Brown estaba totalmente narcotizado mientras la doctora cortaba, aserraba, desencajaba y abría. Era un trabajo que requería mucha fuerza física, pero para ella era un delicado milagro, un logro de la sabiduría humana.
DOCTORA Aspire la sangre. Rápido. Controle la respiración
EFECTO EQUIPO MÉDICO
DOCTORA Tenía razón el pastor.
ENFERMERO ¿A qué se refiere, cuál pastor?
DOCTORA Martin Luther King. Él decía que todas las personas somos iguales. Aquí se demuestra.
ENFERMERA ¡Y cómo no!... La sangre de este blanco es roja. Como la de todos los negros que pasan por esta mesa de operaciones.
DOCTORA Bueno, sigamos
NARRADORA La doctora conectó al paciente a una máquina e iba trajinando de acá para allá con dos corazones diferentes. La operación duraría unas cuantas horas y requería de una total concentración. Cualquier duda ponía en riesgo la vida de John Brown.
EFECTO ELECTROCARDIÓGRAFO
DOCTORA Pinzas gasas... hilos ¡Uff!... Terminamos. Vamos a cerrar.
NARRADORA Por fin, la doctora y sus asistentes sonrieron. Sus miradas brillaron humedecidas por la emoción. Sí, Roberta Jones ya había suturado. Había unido el corazón a sus nuevas venas.
EFECTO LATIDOS
DOCTORA ¡Perfecto!.. ¡Está latiendo!
EFECTO SE FELICITAN
CONTROL MÚSICA EMOTIVA
NARRADORA La doctora Roberta Jones se encontraba agotada. Se quitó los guantes, la bata verde empapada en sangre. Todo parecía haber salido bien, de manera que se premiaría con un cigarrillo.
EFECTO FÓSFORO
ENFERMERO (SORPRENDIDO) ¡Doctora Jones!... ¿Usted fumendo?
DOCTORA (RIENDO) Algún vicio hay que tener, colega. Sobre todo después de un trasplante de corazón.
ENFERMERO Quién lo diría, gente que muere y sigue viviendo en otras vidas. Como el muchacho ése que se machacó el cráneo en el accidente de moto.
DOCTORA Tuvo suerte este John Brown. El corazón del muchacho rubio de la moto sigue ahora palpitando en su cuerpo. Le salvó la vida.
NARRADORA La doctora Jones se estremeció y apagó el cigarrillo. Ella, la negrita despreciada y maltratada se había convertido en una excelente profesional que amaba su trabajo, tenía dos hijos buenos a los que nadie pegaba y una existencia bastante feliz.
DOCTORA (SUSPIRANDO) Bien, es hora de regresar a casa. Antes, le daré una última mirada al paciente.
NARRADORA Se colocó una bata esterilizada y entró en la sala de cuidados intensivos. Ahí estaba John Brown, con el pecho lleno de costurones y de tubos y agujas por todas partes, derrotado y adolorido. De pronto, sintió una oleada de compasión.
DOCTORA Señor Brown Señor Brown ¿Me puede oír?
NARRADORA El hombre abrió sus pequeños ojos azules. Parpadeó, intentó tragar una saliva que no tenía, y murmuró algo ininteligible.
JOHN MURMULLOS
DOCTORA ¿Cómo dice? No le escucho
NARRADORA La doctora Jones se inclinó sobre el paciente y arrimó su oreja a la boca agrietada.
JOHN Puta Negra puta
(ESTA HISTORIA CONTINUARÁ)