Jessica Isla es periodista y feminista hondureña. Ser periodista en Honduras es jugarse la vida. Desde el golpe de Estado, más de 30 periodistas han sido asesinados en Honduras.
En vísperas del 25 de noviembre, Día de la No Violencia contra las Mujeres, les compartimos este poema de Jessica, que expresa los sentimientos del pueblo hondureño y de tantos pueblos que ven violentados sus derechos. Pero resisten.
Soy este cuerpo dibujado a golpes
que camina día tras día bajo el sol,
bajo este cielo incierto de máquinas aladas,
en medio de ráfagas de humo y
el sonido de fusiles.
Soy infinidad de rostros:
el de un chico asesinado,
el de la abuela que camina
el de la gente lenca armada de una paciencia infinita
el de la pintora de mantas,
el de la chica de las muletas
que se enfrentan de a pedazos o en conjunto
a las murallas verde olivo cargadas de violencia.
Puedo decir que de mi cuerpo salen muchos olores
el de la montuca fresca
el de la tortilla y los frijoles
el de manos sudadas y cuerpos cansados,
pero también
el olor de sangre derramada
el de gas y pólvora
el olor a muerte y a miedo.
Mi garganta
está poblada de voces:
estoy en las discusiones acaloradas de las asambleas
en el grito de la maestra.
en el relato de la joven violada,
en la protesta de los golpeados, de las torturadas
en la voz que canta en las calles
Soy miles de sombreros y
cientos de palabras,
soy abrazos, lágrimas,
ternura, carcajadas.
Estoy llena de
sonrisas que iluminan el día
colores que vienen de todas partes
tengo alegría, ganas de bailar,
tengo esperanza.
Porque sin mí las calles
se quedarían solas,
porque sin mí las paredes no dirían nada
porque soy tus manos, tus pies cansados,
tu voz.
Yo soy la resistencia.