NARRADOR Esta historia sucedió hace algunos años aquí en la ciudad de La Paz. En una familia que podría ser la tuya. Carlita era una niña de 11 años, que gustaba de ayudar en casa, tenía una cabellera larga y siempre vestía una hermosa jardinera de Jean.
NIÑA Mamita, ¿ te ayudo en algo?
MAMÁ Claro que sí. Por favor, ve a la tienda y compras dos bolivianos de pan y una cajita de té.
NIÑA Esta bien, mamá. Iré corriendo. Luego de ayudarte ¿puedo jugar?
MAMÁ Claro que sí…
NARRADOR Esta historia se repetía casi a diario. La pequeña Carlita era bastante cariñosa y siempre estaba dispuesta a ofrecer su ayuda a cualquier persona que la necesitara.
NIÑA Javier, después que ayude a mamá a ordenar la ropa, ¿podemos ir al parque a jugar con bicicleta?
NIÑO Claro que sí, hermanita. Iremos a tomar helados y nos divertiremos muchísimo. Si no tuvieras que ayudar a mamá tendríamos más tiempo para jugar.
NARRADOR Un buen día, Carlita escuchó una conversación entre sus padres. El papá decía:
PAPÁ Marcela, debemos pagar las facturas de luz, agua, teléfono y lo más importante, el colegio de los chicos.
MAMÁ Es cierto, todas las facturas ya están vencidas y debemos cancelarlas lo más antes posible, porque de lo contrario nos cortarán todo y no es nada bonito estar sin luz y sin agua. En el colegio no les dejarán dar exámenes y nos mandarán la nota acostumbrada. ¡Qué rabia!
NARRADOR La pequeña escuchó con atención la conversación y cuando ya era hora de dormir se puso a pensar en voz alta.
NIÑA Mamá y papá hoy dijeron que todo se debería pagar. Entonces, yo también tengo derecho de cobrar, sí, de cobrar. Uyyy, esta idea está muy buena, con ese dinero podré comprarme muchos dulces.
NIÑO Carlita, ¿qué piensas? Estás muy calladita, estás tramando una de tus travesuras otra vez, o estás enferma.
NIÑA No, estoy viendo la manera de ganar dinero para comprar muchos dulces y cosas ricas.
NARRADOR Toda la noche Carlita pensó y pensó cómo podría hacer para que le pagaran a ella también. Entonces, se le ocurrió una brillante idea.
NIÑA ¡Ah!... Puedo darle una factura a mamá por todas las veces que fui a la tienda, por ayudarle a pelar las arbejas, por sacar al perro a pasear, por ordenar mi cuarto y por muchas otras cosas más.
NARRADOR En cuanto amaneció, la niña escribió una factura que decía:
NIÑA
Por haber ido a comprar a la tienda……… 10 bolivianos
Por haber lavado los platos………………. 10 bolivianos
Por haber ordenado mí cuarto…………… 10 bolivianos
Por haber hecho la tarea sin ayuda……… 10 bolivianos
Por haber sido una niña obediente……… 10 bolivianos
Por haber sacado al perro a pasear…….. 10 bolivianos
Total………………………………………… 60 bolivianos
NARRADOR Llegó el momento de la cena y la pequeña puso la factura debajo del plato de su mamá. La mamí leyó la factura con mucha atención, pero en su rostro se veía una gran desilusión.
MAMÁ Carlita dice que esta factura es por todo el tiempo que fue buena hija, por ir a comprar a la tienda, por recoger su cuarto y por haber sido una buena ayudante… Esta factura me pone un poquito triste, pero ya veré la forma de pagarla.
NARRADOR Al día siguiente, en el almuerzo, Carlita encontró bajo su plato otra factura y un sobre con dinero.
NIÑA Qué feliz estoy. Mamá reconoció todo mi trabajo y me está pagando mi dinero. Podré comprarme dulces y las pulseras que vi en la tienda. Qué bueno, qué alegría, qué felicidad, estoy feliz y emocionada.
NARRADOR Al momento de guardar el dinero, Carlita encontró otra factura que tenía la firma de su mamá.
NIÑA Qué raro, tengo otra factura que no es la mía. A ver, veré de qué se trata.
MAMÁ Carlita, esta es la cuenta que tú me debes a mí. Léela con atención y disfruta tu dinero.
Por haberte protegido, abrigado y cuidado…….. Nada
Por haberte alimentado durante 11 años………. Nada
Por haberte dado casa, ropa y juguetes……….. Nada
Por haberte ayudado a hacer las tareas……….. Nada
Por haber sido una buena madre………………. Nada
Por haberte dado la vida………………………… Nada
Por amarte con todo el corazón………………… Nada
Total……………………………………………….. Nada
NARRADOR Al leer esta factura, Carlita se quedó paralizada. Su corazón le empezó a doler, corrió a los brazos de su mamá y le dijo:
NIÑA Mamita, mamita, perdóname por favor… No quise lastimarte, no quiero el dinero que me diste porque jamás podré pagarte por todo lo que tú haces por mí.
MAMÁ Carlita, no te sientas mal. Trataste de hacer lo que para ti era correcto, pero debo decirte que el amor no se puede pagar ni con todo el oro del mundo.
NIÑA Mamita, perdóname, por favor. Hoy comprendí que no debemos ser interesados y que tenemos que hacer las cosas por ayudar sin recibir ninguna retribución. Simplemente, la palabra mágica “gracias”.
MAMÁ Espero que hayas comprendido que no necesitas cobrar ni pedir nada, porque mientras seas pequeña tendrás todo gratis. Pero mi amor y cuidados los tendrás toda la vida y no necesitas pagarme con dinero lo que puedes pagar siendo lo que eres: una hermosa niña llena de amor y cariño.
BIBLIOGRAFÍA
Kevin Zabala Ávila, La Paz, Bolivia. Concurso Quinto Aniversario.
Actúan: Kevin Zabala Ávila, Lesly Zabala Ávila, Geraldi Ávila, Juan Reynaldo Huayhua Huayhua. Productor y editor de sonido: Juan Reynaldo Huayhua Huayhua. Para contactos: carruselbolivia@yahoo.es
Una producción de RADIALISTAS APASIONADAS Y APASIONADOS / www.radialistas.net
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