FECHA: 06-06-18
REDACTORES: Tania Rendón Portelles-Tomás Noda
SONIDO: TEMA DE PRESENTACION
LOC: Las noches serranas se inundan de luces.
Cuentan que en las serranías de la provincia de Sancti Spíritus las noches eran tan oscuras que no se veía ni la propia sombra, y que el único secreto para moverse por las lomas del aún denominado Escambray era haber nacido en esas prominencias.
Carmen Marcos, residente de Guanayara Arriba, comentó acerca del día que instalaron la electricidad:
SONIDO: CARMEN MARCOS 1
Ahora la realidad es diferente, y dan fe de ello sus habitantes, pues desde el atardecer se escuchan otros ruidos además de los acostumbrados cantíos de gallos y grillos, porque se ha hecho la “luz” en el lomerío, una idea de la Revolución convertida en realidad.
Amelita Brito, otra de las residentes del lujar expresó:
SONIDO: AMELITA BRITO 2
El milagro de la electricidad, así lo llaman quienes ya gozan de la ventaja de la corriente eléctrica en las montañas espirituanas, y es que allá por donde el "Diablo dio las tres voces" han llegado los especialistas y técnicos.
Son infinitas las historias, son muchas las muestras de cariño recibidas por parte de estos guajiros de pura cepa, quienes ayudaron a los expertos a trasladar los equipos y arribar a los sitios más intrincados, porque solo ellos conocen estos lugares como la palma de su mano.
El campesino Reimundo Madrigal, señaló:
SONIDO: REIMUNDO MADRIGAL
De esa forma, la noticia cambió la rutina en estas serranías, donde se observaron vecinos y linieros trabajando codo a codo.
Y fue así que estos hombres también montaron en carretas, bueyes y caballos los kits fotovoltaicos, en aras de arribar hasta lo más lejano de las prominencias y favorecer gratuitamente con electricidad a cada hogar.
A punto a veces de desfallecer, no acostumbrados a desandar por estas lomas y de vez en cuando bajo un buen aguacero –común por estos predios–, los eléctricos espirituanos continuaron en una carrera contrarreloj.
Tanto es así que en ocho días lograron instalar unos 300 paneles fotovoltaicos de este tipo, algo posible gracias a la ayuda de los campesinos y el ímpetu de los especialistas de saber cuán necesario es este servicio.
Gracias a ellos, para la pequeña Erika, de la comunidad El Macío, en Taguasco, la electricidad ya no es una ilusión. Mientras veía cómo instalaban los paneles en su casa, la abuela, emocionada, le decía a la nieta de cinco años: “Mi niña, hoy se hace realidad tu sueño”.
ACN RADIO
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