ABRAHAM (VIEJO) Pon tu mano debajo de mi muslo que voy a juramentarte por Yavé, Dios del Cielo y de la Tierra.
LOCUTORA Así se lee en el libro del Génesis, capítulo 24. Así hacían los juramentos Abraham y todos los patriarcas de la Biblia.
LOCUTOR El muslo al que se refiere el pasaje no era el muslo, sino los testículos.
LOCUTORA El hombre que prestaba juramento, agarraba los testículos del otro. De esta manera, el compromiso quedaba sellado.
CONTROL MÚSICA ÁRABE
LOCUTOR Durante el imperio romano, también los varones tenían por costumbre llevarse la mano derecha a los genitales a la hora de hacer una promesa o un contrato.
LOCUTORA Pero cada uno se tocaba sus partes, no las del otro.
ROMANO ¡Juro por éstos que te pagaré el precio que hemos acordado por tu finca!
LOCUTORA La compraventa quedaba garantizada por los testículos, símbolo de la virilidad, de la hombría.
LOCUTOR Los órganos productores del semen daban seriedad a la palabra pronunciada.
MUJER Y la palabra de nosotras, ¿dónde quedaba?
LOCUTOR Ahí está el detalle. Como la mujer no tiene testículos, no podía testificar, no podía dar testimonio ni recibir un testamento.
LOCUTORA Todas esas palabras tienen la misma raíz (los testículos) y provienen de la misma cultura patriarcal: testigo, testimonio, testamento.
LOCUTOR Todavía hoy, en los mejores diccionarios, no aparece la palabra “testiga”, como insinuando que una mujer no puede serlo. Su palabra no vale. Sus juramentos son siempre dudosos.
LOCUTORA En el occidente cristiano, heredero directo de la cultura machista judía, la mujer no contaba jurídicamente. Durante siglos, no elegía, no votaba, no decidía, no firmaba, no tenía derecho a la herencia.
CONTROL MÚSICA ALEGRE
HOMBRE ¡Juro por mis huevos que...!
MUJER Un momento, señor, un momento...
HOMBRE ¿Qué le pasa a usted, señorita?
MUJER Que usted no puede jurar por lo que no tiene.
HOMBRE ¿Cómo dice?
MUJER Quienes sí tenemos “huevos”, óvulos, ovarios, somos nosotras las mujeres. Ustedes, no.
HOMBRE Pero, ¿dónde se ha visto una insolencia parecida?... ¡Decirme a mí que no tengo lo que tengo!
MUJER Mejor tranquilícese, señor, y no se ande tocando nada por abajo. Acéptelo.
HOMBRE ¿Qué acepte qué?
MUJER Que no es el gallo, sino la gallina, la que tiene los huevos.
HOMBRE Sí, pero nosotros, los gallos, es decir, los hombres...
MUJER En todas las especies animales es así. Los huevos los tenemos nosotras.
HOMBRE Y yo, ¿qué tengo yo, entonces? ¿Qué tenemos los hombres?
MUJER Testículos. ¿Sabe qué significa eso? Pequeños testigos. Un par de pequeños testigos para ver el milagro de la vida que nace en nosotras, las mujeres. Acéptelo… y no siga jurando en vano.
CONTROL MÚSICA ALEGRE
LOCUTOR Somos testigos de que otro mundo es posible. ¡Palabra de hombre!
LOCUTORA Somos testigas de que ese mundo nuevo será de respeto y equidad para todos y para todas. ¡Palabra de mujer!
BIBLIOGRAFÍA
Fernando Corripio, Diccionario Etimológico, Bruguera, Barcelona 1979.