Los Hijos de los Días
Enero 25: El derecho a la picardía
El pueblo de Nicaragua celebra al Güegüence, y ríe con él.
En estos días, días de su fiesta, las calles se vuelven es-
cenarios donde este pícaro cuenta, canta y baila, y por su
obra y gracia todos se vuelven cuenteros, cantores y
bailanderos.
El Güegüence es el papá del teatro callejero en América
Latina.
Desde el principio de los tiempos coloniales, él viene
enseñando las artes del maestro enredador:
—Lo que no puedas ganar, empátalo. Lo que no puedas
empatar, enrédalo.
Y desde aquel entonces, de siglo en siglo, el Güegüence no
ha parado de hacerse el tonto, inventón de palabras que
nada significan, maestro de diabluras que el Diablo envidia,
deshumillador de los humillados, jodón, jodido, jodedor.