Los Hijos de los Días
Febrero 17: El festejo que no fue
Los peones de los campos de la Patagonia argentina se
habían alzado en huelga, contra los salarios cortísimos y las
jornadas larguísimas, y el ejército se ocupó de restablecer el
orden.
Fusilar cansa. En esta noche de 1922, los soldados,
exhaustos de tanto matar, fueron al prostíbulo del puerto
San Julián, a recibir su merecida recompensa.
Pero las cinco mujeres que allí trabajaban les cerraron la
puerta en las narices y los corrieron al grito de asesinos,
asesinos, fuera de aquí...Osvaldo Bayer ha guardado sus nombres. Ellas se llamaban
Consuelo García, Angela Fortunato, Amalia Rodríguez,
María Juliache y Maud Foster.
Las putas. Las dignas.