Así era el tiempo sin tiempo en las tierras de los Qom.
Si se metía la mano en un río, un pescado salía dorado y rechoncho. Las flechas perdidas, acababan siempre ensartándose en alguna presa. Así, al sacar un fruto de una rama, otro más dulce y jugoso crecía en su lugar. Así de abundantes eran los tiempos sin tiempo, así de solitarios: no había mujeres, los hombres Qom eran hombres, pero no lo sabían.
Así, lo cuentan los ancianos. Que una tarde los Qom, al volver de una cacería, encontraron sus ranchos saqueados. Así sin huellas. Así, sin pisadas delatoras, fue que pensaron sobre un robo.
La próxima vez, dejaron a un loro como guardián. Así fue que el loro perdió su pico recto y su habla se quedó confusa. Así lo dejaron, con el pico doblado, los misteriosos intrusos.
El águila fue la vigía de la siguiente vez. Así fue como vio unas sogas bajar desde las nubes y por ellas, con sus cuerpos desnudos, bajaban de a cientos y comían.
Así, con su boca de arriba masticaban
Así, con su boca de abajo masticaban.
El águila cortó las sogas y gritó bien fuerte para alertar a los hombres Qom. Los Qom, al llegar, se quedaron muy quietos. Así, apenas murmurando. Mirando…a “Las mujeres”.
Uaiacaláchigui fue el primero en tomar una mujer. Así gritó, cuando la dientuda boca de abajo de la mujer, lo castró al instante. Los hombres corrieron a buscar la raíz de palo santo para así colocársela a Uaiacaláchigui en donde le sangraba.
Uaiacaláchigui probó nuevamente y así le rompió todos los dientes de la boca de abajo a la mujer y después con la otra y con cada una, con su raíz de palo santo.
Así fue como las mujeres Qom perdieron los dientes y se quedaron a vivir en los ranchos. Así fue como los hombres Qom, supieron que eran hombres. Así lo cuentan los ancianos, que todavía recuerdan el grito de Uaiacaláchigui.
Así.
Ficha técnica:
Texto: adaptación de Ricardo Veiga de la leyenda Qom recopilada en el libro “Nosotros vamos a estar acá para siempre – Historias Tobas”, del antropólogo Gastón Gordillo.
Voz: Ricardo Veiga
Música: Silvia Iriondo