Salmo 97,6
¡Feliz año nuevo a todos los lectores!
Estamos en el primer escalón de un nuevo año. Acabamos de abrir una nueva puerta y detrás de nosotros queda todo lo sucedido en el 2017.Muchas cosas quedarán en el pasado y serán parte del recuerdo, mientras que muchas otras, sin dudas, nos seguirán acompañando en este 2018.
¡Empieza un nuevo año, con nuevas oportunidades, con responsabilidades nuevas, con desafíos nuevos, nuevas esperanzas y nuevos sueños! El Dios de la justica, del que habla el salmista, nos ha permitido empezar un año más con fuerzas, con salud, con fe.
Según el salmista, los cielos anuncian la justicia de nuestro Dios. ¡Los cielos! El lugar hacia donde dirigimos la mirada cuando no sabemos hacia dónde ir, cuando clamamos por un socorro que no proviene de nuestro entorno. Hacia donde miramos para contemplar las bellezas de lo infinito o para recordar a quienes ya no están entre nosotros. ¡Tan distante y a la vez tan cercano!
Los cielos nos contemplan mientras caminamos nuestras vidas y nos anuncian la inmensidad de la justicia divina. ¡JUSTICIA! La que deseamos día a día, año tras año. En cada nueva oportunidad pedimos, anhelamos y hasta suplicamos por un mundo más justo, por una sociedad más justa, por personas más justas, por actitudes que siembren justicia y que permitan que vivamos realmente como hermanos bajo el mismo cielo, adorando al mismo Dios JUSTO.
Que el Señor todopoderoso nos conceda un año de paz y que la justicia sea una realidad para todos a lo largo de cada escalón del 2018. Amén.
Karla Steilmann
Salmo 97