Juan 12,20
Más de una vez me he encontrado con personas cansadas de los discursos de la iglesia, de las declaraciones y documentos que se publican en los congresos y conferencias, de los sermones que no llegan, y palabras vacías. Quisieran encontrar algo más vivo y auténtico. Me lo decía una joven: “Creo que los cristianos deberían dejarse de tantos papeles y estructuras, y más importante sería que me ayuden a encontrar a Dios”.
He pensado de nuevo en ello al leer en el texto el deseo de aquellos que se acercan a Felipe con este deseo: Queremos ver a Jesús.
A quienes están cansados de “oír tanto palabrerío” les invito a leer con tranquilidad el Evangelio fijándose bien en qué dice y qué hace Jesús. De esta manera podemos descubrir a Jesucristo, la persona que ha despertado más esperanza y ha generado más amor y solidaridad que nadie en toda la historia de la humanidad.
Porque ante Jesús nadie queda indiferente. Sus palabras contundentes, sus gestos imprevisibles, su vitalidad y amor a la vida, su confianza total en el Padre, su manera de defender a los marginados, su libertad frente a todo poder, su lucha contra la mentira y los abusos, su comprensión hacia los pecadores, su cercanía al sufrimiento humano, su interés por hacer más digna la vida de todos... nos ponen ante la persona más excepcional que jamás haya existido.
Quizás entonces genere también en nosotros la necesidad de decir queremos ver a Jesús.
Mario Bernhardt
Juan 12,20-26