FECHA: 09-03-20
REDACTOR: Evelyn Corbillón Díaz-Tomás Noda
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Magalys no le teme a nada.
En los últimos meses ha estado activa en el asentamiento poblacional Micro 5, sitio de la geografía pinareña donde se erigen edificios destinados a médicos y a damnificados por el paso de huracanes en la provincia más occidental de Cuba.
Llegar a ese lugar no es difícil, como sí lo es entrevistar a alguien cuya timidez intenta superar con la misma disposición regalada al trabajo en cada jornada durante 29 años de su vida en oficios asociados a la construcción.
Tez negra y apenas unos pocos indicios del estrago físico que puede generar su quehacer en una brigada de la Empresa de Construcción y Montaje ATTAI, de Pinar del Río, desbaratan a cualquiera los estereotipos asociados aún a las féminas que optan por ese tipo de labores.
Magalys Rivera Chacón desde su condición de ayudante de construcción, es la única mujer de la entidad vueltabajera vinculada directamente a tales tareas, y aunque ya ronda las cinco décadas de existencia, no renuncia a un oficio que le ha dado muchas satisfacciones.
Mi familia se siente muy orgullosa de mí, de mi trabajo duro, aseguró a la ACN. En ocasiones digo que estoy cansada; pero soy una persona realizada aquí e irme para otro sector ya no me sería provechoso.
Reparación de escuelas y edificación de Joven Club de Computación y Electrónica, salas de video, llevan su sello; pero para ella lo más gratificante a lo largo de su vida profesional radica en la construcción de casas para quienes perdieron las suyas a causa de ciclones tropicales, una de las prioridades hoy en la provincia.
La terminación de las obras constituye su “fuerte”: echarle derretido a los pisos y azulejos, colocar juntas, pintar, limpiar los restos de cemento; pero sus manos también han tenido que cerner arena y efectuar otras tantas actividades.
Todo es muy fácil para mí porque he ganado en destreza cada año. El trabajo lo veo como algo normal y mis compañeros dicen: “¡Caballero como trabaja esa mujer!”, explica mientras acomoda un pañuelo que en su cabeza protege al cabello de la arcilla que la rodea.
Lo que me pongan lo hago, pues quiero hacerlo bien y con amor. A veces me desvío de mi trabajo para ayudar a la persona que tenga al lado a cumplir su parte con éxito.
Si no estoy aquí- señala para la gente con la cual comparte día a día esfuerzos, anécdotas, sonrisas y tristezas- no me siento bien. Es algo que me “hala” porque mis compañeros me respetan y quieren mucho, acotó.
¿A otras como yo?- pregunta- que no tengan miedo. No van a dejar de ser mujeres ni de realizar las labores de la casa.
Fue un comentario de Evelyn Corbillón Díaz
ACN RADIO
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