Nacida en 1947 en Filadelfia, Marilyn Crispell se graduó en el Conservatorio de Nueva Inglaterra de Boston en 1968, donde estudió piano clásico y composición.
Año, 1968, en que en la plaza de las Tres Culturas de Ciudad de México, ocurre la matanza de Tlatelolco, en contra de un grupo de estudiantes de nivel medio y superior.
Y luego, Crispell profundizó sus estudios de jazz en el Creative Music Studio de Woodstock, en 1977, cuando en la Argentina reinaba el Demonio.
Su universo abarca el free jazz, la improvisación libre y la música contemporánea.
Es una de las intérpretes más formidables de la escena jazzística de su país, influida por el estilo de Cecil Taylor y por la obra de John Coltrane, a quien homenajeó en el disco For Coltrane (1987).
Alguna vez, Marilyn Crispell dijo: “Escuchar el disco A Love Supreme de John Coltrane fue lo que me hizo pasar de la música clásica al jazz.
A mí me inspira todo lo que oigo: puedo mencionar a Abdullah Ibrahim, Paul Bley, Keith Jarrett, Pharoah Sanders y McCoy Tyner…
Lo mismo sucede con los europeos como Bobo Stenson y Joachim Kuhn; pero definitivamente mi entrada a esta música fue a través de Coltrane”.
Durante diez años, Crispell fue miembro de Anthony Braxton Quartet con quien grabó una extensa discografía.
También formó parte de los grupos de Barry Guy, Henry Grimes Trío, Anders Jormin.
Su primera grabación como líder fue en 1982, con el disco Spirit Music.
Registró trabajos principalmente en formato de piano solo, dúo junto al contrabajista Gary Peacock o el percusionista Gerry Hemingway, y trío, con el foco en los discos en vivo.
Crispell también ha presentado y grabado música de compositores contemporáneos como John Cage, Pauline Oliveros, Anthony Davis.
Con respecto a su estilo, ha dicho: “Cuando empecé a tocar jazz, intenté deshacerme de la influencia de la música clásica.
Además, mi profesor en Boston me hacía tocar el piano utilizando un solo dedo, para eliminar la técnica clásica de digitación fluida.
Pero ahora, intento incorporar todos los aspectos, porque todo ello forma parte de mi vida y refleja lo que soy.
Y la música clásica es un elemento integrante.
El texto del presente programa fue extraído de la página de la autora.
En nuestro programa de hoy, dedicado a la pianista norteamericana Marilyn Crispell, escuchamos su disco AMARYLLIS, de 2001.
En este la acompañan:
Gary Peacock en contrabajo y Paul Motian en batería.
Dedicamos el programa a la más papa milonguera.
Año, 1968, en que en la plaza de las Tres Culturas de Ciudad de México, ocurre la matanza de Tlatelolco, en contra de un grupo de estudiantes de nivel medio y superior.
Y luego, Crispell profundizó sus estudios de jazz en el Creative Music Studio de Woodstock, en 1977, cuando en la Argentina reinaba el Demonio.
Su universo abarca el free jazz, la improvisación libre y la música contemporánea.
Es una de las intérpretes más formidables de la escena jazzística de su país, influida por el estilo de Cecil Taylor y por la obra de John Coltrane, a quien homenajeó en el disco For Coltrane (1987).
Alguna vez, Marilyn Crispell dijo: “Escuchar el disco A Love Supreme de John Coltrane fue lo que me hizo pasar de la música clásica al jazz.
A mí me inspira todo lo que oigo: puedo mencionar a Abdullah Ibrahim, Paul Bley, Keith Jarrett, Pharoah Sanders y McCoy Tyner…
Lo mismo sucede con los europeos como Bobo Stenson y Joachim Kuhn; pero definitivamente mi entrada a esta música fue a través de Coltrane”.
Durante diez años, Crispell fue miembro de Anthony Braxton Quartet con quien grabó una extensa discografía.
También formó parte de los grupos de Barry Guy, Henry Grimes Trío, Anders Jormin.
Su primera grabación como líder fue en 1982, con el disco Spirit Music.
Registró trabajos principalmente en formato de piano solo, dúo junto al contrabajista Gary Peacock o el percusionista Gerry Hemingway, y trío, con el foco en los discos en vivo.
Crispell también ha presentado y grabado música de compositores contemporáneos como John Cage, Pauline Oliveros, Anthony Davis.
Con respecto a su estilo, ha dicho: “Cuando empecé a tocar jazz, intenté deshacerme de la influencia de la música clásica.
Además, mi profesor en Boston me hacía tocar el piano utilizando un solo dedo, para eliminar la técnica clásica de digitación fluida.
Pero ahora, intento incorporar todos los aspectos, porque todo ello forma parte de mi vida y refleja lo que soy.
Y la música clásica es un elemento integrante.
El texto del presente programa fue extraído de la página de la autora.
En nuestro programa de hoy, dedicado a la pianista norteamericana Marilyn Crispell, escuchamos su disco AMARYLLIS, de 2001.
En este la acompañan:
Gary Peacock en contrabajo y Paul Motian en batería.
Dedicamos el programa a la más papa milonguera.
