COMENTARIO
FECHA: 13-09-2018
REDACTOR: Jorge Wejebe Cobo
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: SONIDO: TEMA DE PRESENTACION
LOC: Marinos españoles asesinados en 1964 por llevar muñecas a Cuba
La mayor preocupación durante las últimas horas de vida del capitán del barco Sierra Aránzazu, Pedro Ibargurengoitia, era conducir su nave al puerto de La Habana, evadiendo dos ciclones y aunque sorteó el peligro natural, naves piratas de la CIA impedirían que arribara a su destino, con un sangriento ataque en tiempos de paz contra el mercante español.
El Sierra Aránzazu trasladaba desde España en septiembre de 1964 un cargamento de muñecas, maquinaria agrícola, alimentos y telas. Pertenecía a la Compañía Marítima del Norte encargada de garantizar el intercambio comercial entre las dos naciones, que se mantenía a pesar de las presiones de EE.UU para que el gobierno español se sumara al bloqueo.
Los consignatarios hispanos, en especial Jesús de Sendagorta, gerente de la citada Compañía, además de las presiones diplomáticas que recibía, se ganó el resentimiento de la CIA, cuando rechazó en 1963 la exigencia de incluir en las tripulaciones de los barcos a espías para infiltrarlos durante sus viajes a la Isla, según recogen documentos de la época.
De la respuesta a esa desobediencia se encargaría una flotilla pirata dirigida y armada por la agencia de inteligencia yanqui, al frente de la cual se encontraba el terrorista y ex jefe político de la invasión a Playa Girón, Manuel Artime, cabecilla de la organización Movimiento de Recuperación Revolucionaria, y elegido por Robert Kennedy desde su época de Fiscal General de 1961 a 1963 para liderar el exilio contrarrevolucionario.
Las bases piratas radicaban en las costas nicaragüenses y de Costa Rica, con el apoyo del dictador Luis Somoza y del presidente títere costarricense, y operaban bajo banderas falsas para perpetrar ataques a barcos cubanos y extranjeros como lo habían hecho contra buques soviéticos y uno inglés, con embarcaciones artilladas y armamentos entregadas por la CIA.
La criminal acción afectó a la mitad de los 20 tripulantes, que fueron muertos o heridos, en una proporción de bajas propias de los combates navales más encarnizados de la II Guerra Mundial.
La acción fue reivindicada por el Movimiento de Recuperación Revolucionaria, que dirigía Manuel Artime Buesa y otras organizaciones terroristas, pero trataron de presentarlo como un supuesto error con el alucinante argumento de que confundieron el buque español con el mercante cubano Sierra Maestra, cinco veces más grande y que se encontraba en ese momento en el Océano Pacífico rumbo a China.
Fue un comentario de Jorge Wejebe Cobo… en la voz de… y la realización de…
ACN RADIO
Audio disponible en esta dirección: https://radioteca.net/userprofile/ain_cuba/
FECHA: 13-09-2018
REDACTOR: Jorge Wejebe Cobo
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: SONIDO: TEMA DE PRESENTACION
LOC: Marinos españoles asesinados en 1964 por llevar muñecas a Cuba
La mayor preocupación durante las últimas horas de vida del capitán del barco Sierra Aránzazu, Pedro Ibargurengoitia, era conducir su nave al puerto de La Habana, evadiendo dos ciclones y aunque sorteó el peligro natural, naves piratas de la CIA impedirían que arribara a su destino, con un sangriento ataque en tiempos de paz contra el mercante español.
El Sierra Aránzazu trasladaba desde España en septiembre de 1964 un cargamento de muñecas, maquinaria agrícola, alimentos y telas. Pertenecía a la Compañía Marítima del Norte encargada de garantizar el intercambio comercial entre las dos naciones, que se mantenía a pesar de las presiones de EE.UU para que el gobierno español se sumara al bloqueo.
Los consignatarios hispanos, en especial Jesús de Sendagorta, gerente de la citada Compañía, además de las presiones diplomáticas que recibía, se ganó el resentimiento de la CIA, cuando rechazó en 1963 la exigencia de incluir en las tripulaciones de los barcos a espías para infiltrarlos durante sus viajes a la Isla, según recogen documentos de la época.
De la respuesta a esa desobediencia se encargaría una flotilla pirata dirigida y armada por la agencia de inteligencia yanqui, al frente de la cual se encontraba el terrorista y ex jefe político de la invasión a Playa Girón, Manuel Artime, cabecilla de la organización Movimiento de Recuperación Revolucionaria, y elegido por Robert Kennedy desde su época de Fiscal General de 1961 a 1963 para liderar el exilio contrarrevolucionario.
Las bases piratas radicaban en las costas nicaragüenses y de Costa Rica, con el apoyo del dictador Luis Somoza y del presidente títere costarricense, y operaban bajo banderas falsas para perpetrar ataques a barcos cubanos y extranjeros como lo habían hecho contra buques soviéticos y uno inglés, con embarcaciones artilladas y armamentos entregadas por la CIA.
La criminal acción afectó a la mitad de los 20 tripulantes, que fueron muertos o heridos, en una proporción de bajas propias de los combates navales más encarnizados de la II Guerra Mundial.
La acción fue reivindicada por el Movimiento de Recuperación Revolucionaria, que dirigía Manuel Artime Buesa y otras organizaciones terroristas, pero trataron de presentarlo como un supuesto error con el alucinante argumento de que confundieron el buque español con el mercante cubano Sierra Maestra, cinco veces más grande y que se encontraba en ese momento en el Océano Pacífico rumbo a China.
Fue un comentario de Jorge Wejebe Cobo… en la voz de… y la realización de…
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