Juan 11,25-26
Volver a vivir.
¿En qué crees? ¿Qué Dios deseas tener? ¿Qué nos está probando Jesús?
Jesús prueba nuestra fe en medio de la adversidad.
Cuatro días después aparece Jesús. ¿De repente su presencia ya no era necesaria? ¿Llegó tarde? Cuando las hermanas de Lázaro se informan de su presencia, Marta va a su encuentro, y quizá en tono de desilusión le dice, Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Ambas hermanas estaban convencidas de que la presencia del Señor habría hecho la gran diferencia. Pero no, muchos de nosotros quizá hemos sentido alguna vez que nuestras peticiones no las escucha Dios. No hay respuesta como queremos o esperamos y en el tiempo que necesitamos su respuesta.
¿Qué buscaba Jesús en aquellas hermanas al llegar aparentemente tarde? Nosotros ya sabemos el final feliz de esta historia, y hasta podemos juzgar la fe de ellas. Pero tengamos presente que ni Marta, ni María estaban enteradas del final como nosotros.
Nosotros, como ambas hermanas, necesitamos que nuestra fe sea transformada y que cambie por una fe fuerte y no quejosa llena de reclamos. Con amor y paciencia, Jesús afirma, tu hermano resucitará. No hay palabras de reproche del Señor, y más bien les brinda consuelo y seguridad. Ambas cosas son muy necesarias para hoy día. En los v. 25-26, Jesús hace una declaración de su divinidad. Esto lo hace con el fin de retar la fe de Marta. ¿Crees esto? (v. 26). Nuestro Señor desea que ella y nosotros movamos nuestra fe a otro nivel. Marta debía dar una respuesta a la pregunta, ¿crees esto? Esta pregunta directa necesitaba una respuesta sólida y no vacilante. Así como Marta, hoy nosotros debemos estar conscientes de quién es Jesús. Sí, Señor, yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios... ¿Quién es Jesús para nosotros? ¡¡¡Piénsalo!!!
Daniel Frankowski
Juan 11,17-31