Un día llegó la empresa minera mexicana Peñoles solicitando al Estado peruano la concesión del yacimiento Esperanza, los posesionarios, presentaron la contra oferta; pero el Estado licitó la concesión y otorgó el permiso a la minera sin consultar a los comuneros, según nos cuenta un poblador de la zona.
Según la Dirección Regional de Energía y Minas de Puno, en nuestra región existen 5 mil concesiones, de los cuales un 65% del territorio regional está concesionado; pero no pueden realizar actividades de extracción sin autorización.
En la provincia de Carabaya, los grandes mineros Tomás Cenzano, Roger Saya y otros, obtuvieron del estado peruano concesiones sin consultar a los comuneros y de inmediato empezaron a sacar oro, explica el ex dirigente carabayino, Hernán Vilca.
Con el proceso de formalización, los verdaderos dueños de la tierra superficial donde se encuentran las minas, tienen que firmar con los concesionarios el contrato de explotación. En caso de Limbani en la provincia de Sandia, con la empresa Peñoles no han llegado a ningún acuerdo.
En Carabaya, el ex congresista aprista, Alfredo Tomás Cenzano Sierralta, en su calidad de gerente de la Empresa Minera Ayapata SAC, a la comunidad de Upina sólo quiso dar el 5 % de las acciones pese a que lo comuneros son los posesionarios y pedían el 50%.
Frente a esa realidad, los comuneros de Carabaya y Sandia piden al estado peruano la reversión de las concesiones en favor de las comunidades que ahora están en posesión de las minas; sin embargo el director de la Dirección Regional de Energía y Minas, César Rodríguez, aclara que a los concesionarios les ampara la Ley de Minería, y por tanto los mineros tienen que dialogar con los concesionarios Roger Saya, Peñoles, BHP Billinton y otros para obtener el contrato de explotación para formalizarse. En otras palabras los mineros tienen que pagar un alquiler.
Como señala, el dirigente de las rondas campesinas de la provincia de Carabaya, Hernán Vilca, el paro minero debieron encabezar Tomás Cenzano, Roger Saya, la empresa Peñoles y otros concesionarios, porque la formalización favorece a ellos: con las negociaciones obtendrán más oro; por eso planteó la reversión de las concesiones a favor de las comunidades, amparado en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre los pueblos indígenas; pues no se llevó la consulta previa antes de la concesión, además calificó como Gamonales a los concesionarios, quienes explotan a los peones como si fueran colonos.
Durante el paro minero, hubo una terrible incomunicación entre la lucha de los mineros de Sandia y Carabaya, la población y el gobierno. Acusaron a los mineros de intransigentes y contaminadores, cuando los concesionarios, los que no quieren firmar los contratos de explotación para formalizar a los mineros, se mantuvieron ocultos, por eso el Alto Comisionado de Asuntos de Formalización de la Minería Ilegal Daniel Urresti, anunció la instalación de una mesa de dialogo con la empresa Peñoles para avanzar con la formalización.
El proceso de formalización de la minería informal, ha despertado en el pueblo minero ansias de libertad, pues en sus propias tierras de la noche a la mañana aparecieron otros dueños, a quienes tienen que realizar un pago, sin que los concesionarios les inviten ni un vaso de agua, por las toneladas de oro que se llevan sin trabajar.
Pachamama Radio la voz del sur andino.
Producción: estudiantes, maestría en Ciencias, mención Comunicación de la Universidad Nacional de San Agustín.
Fredy Condori
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Grober Cutipa
Docente: Dr. Milton Garay