FECHA: 18-04-18
REDACTOR: Lubia Ulloa Trujillo
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Noa de la Paz, la gloria que se ha vivido.
Con apenas QUINCE años de edad, Rafael Guillermo Noa de la Paz sufrió los atropellos de la guardia rural de Fulgencio Batista.
Ese triste momento quedó grabado para siempre en la memoria del avileño y fue motivo más que suficiente para incentivar en él un sentimiento de rebeldía contra el régimen imperante.
“Recuerdo que ese día, el 10 de marzo de 1952, precisamente cuando ocurrió el golpe de Estado de Batista, el dueño de la tienda donde estaba empleado para ayudar en el sustento familiar, porque éramos nueve hermanos, me dice que iba a cerrar el negocio pues el ambiente estaba peligroso”.
Me quedo en el portal de la instalación y a los pocos minutos llegan los policías, conocidos del barrio, queriendo entrar porque sabían que yo trabajaba allí, les respondí que no tenía llave y la respuesta de ellos hacia mí fue darme empujones y por la espalda, a partir de ahí decidí unirme a los revolucionarios, comenta Noa, como le conocen.
Durante todos esos años perdí el nombre por incluirme en el grupo de los “revoltosos”, como nos decían acá en Ciego de Ávila a los integrantes del Movimiento 26 de julio que no dábamos tregua a los esbirros, quienes en diciembre de 1958 me cogieron preso y enviaron para la cárcel de Camagüey, refiere Noa, que a sus 81 años de edad muestra coherencia en sus palabras al relatar esos sucesos con total lucidez.
Este hombre fue uno de los 18 jóvenes que en Ciego de Ávila, bajo la dirección de Raúl Martínez Alfonso, protagonizaron la huelga del nueve de abril de 1958, gesta en la que participaron centenares de obreros humildes de toda Cuba con el objetivo de derrocar la dictadura batistiana.
En territorio avileño la principal acción fue la toma de la antigua planta eléctrica de la comunidad de Vicente, donde el grupo de revolucionarios impidió que el ingeniero que estaba al frente de ese lugar comunicara a sus superiores lo sucedido, rememora.
“Logramos inutilizar los equipos de generación de energía durante dos días, y luego del hecho, interrumpimos el tránsito en la carretera central, en la zona de Gaspar, donde también fue quemada una guagua en la noche anterior y casi la totalidad de los cañaverales de las colonias cercanas.”
Aunque el suceso del nueve de abril no alcanzó el triunfo deseado y resultaron muertos mis compañeros Raúl Martínez Alfonso, Esteban López Haynée, Eugenio Conte Ramos y José Ascanio Pérez, si se sintió el calor de la huelga que denunciaba los males de esa época porque los trabajadores de la planta apoyaron, dice Noa con la mirada fija.
Con 60 años de edad este hombre logró el título de Licenciado en Historia, disciplina que siempre lo apasionó, como también todas las misiones de Seguridad del Estado en las que participó desde el propio día del triunfo de la Revolución.
Noa de la Paz es el único avileño participante de la gesta del Nueve de Abril de 1958 que aún está vivo; él- al igual que sus compañeros caídos- significan historia que las nuevas y futuras generaciones deben conocer para no traicionar la gloria vivida en la construcción de un proceso social cuyo centro siempre ha sido el ser humano.
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