FECHA: 13-02-18
REDACTOR: Mairyn Arteaga Díaz
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Nombrarse también es cosa de animales
Allá en Jibacoa, en las montañas del Escambray, la gente se toma en serio eso de ponerles nombres a los animales, especialmente si esos son bueyes, vacas, mulas o yeguas.
A Genaro González todo el mundo lo conoce en Jibacoa y cuando bajas las lomas y llegas a Manicaragua también allí saben de él: el hombre que siembra café en buena parte del lomerío de Villa Clara y tiene un palmar que le da la vuelta a la finca y siempre anda con la sonrisa desparramada y cojea de una pierna a causa del golpe que le diera, quien se acuerda cuándo, aquel buey que le decían Abrecampo.
Armando Cabello es arriero de la empresa de café en el Escambray y lo de él son las mulas, su arria con ocho animales de aparejo y dos de monta siempre anda por los senderos intrincados con las jáquimas moteadas y los cencerros relucientes.
Lo de los nombres de los bueyes o las vacas, las mulas o las yeguas dice Genaro que viene por tradición y que se repiten de una generación a otra. Por eso en Pinar del Río, la Sierra Maestra o Jibacoa, la gente se los pone, pero ninguno tan ocurrente como los de Genaro y de eso se enorgullece.
¿A quién tú has oído decir que le haya puesto a una pareja de bueyes Tormenta y Tempestad? Dime Franco, inquiere al campesino de al lado, ¿tú sabes de alguien que los haya nombrado Tumbante y Tumbaga? Pues esos son los apelativos que a mí me vienen a la mente, los más extraños, menos los de la yunta que tengo ahora: les había puesto Corojito y Gorgojito, pero el niño mío se los cambió y son Coliblanca y Ojinegro. Y con las yeguas lo mismo.
Las mulas de Armando Cabello, también tienen nombres peculiares: las tres primeras, las más importantes y que ocupan los puestos de guía, contraguía y tesio, en ese orden, se conocen como Mala Sangre, Negrita y Gaviota, la que le sigue se llama Violeta y así hasta llegar a la octava sin que se escatime la creatividad o el folclor propio de la gente de campo.
Mala Sangre, dice Armando, que es "mansitica", pero desde que estaba en el corral vivía pendiente de todo y todo le molestaba, pero es muy avispada y esas son las cualidades que busca el arriero en la guía.
Allá en Jibacoa, Genaro y Armando se toman en serio lo de bautizar a sus animales y si son bueyes o vacas o mulas o yeguas el rigor es todavía más, porque puede que se repitan nombres en Pinar del Río y la Sierra Maestra o allí mismo en el terreno montañoso de Villa Clara, pero los suyos, los de Genaro y Armando, tendrán que distinguirse y recordarse y hasta contarse en historias como esta.
Fue un comentario de Mairyn Arteaga Díaz en la voz de... y la realización de…
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