Por: Renato Agagliate
Narrador: En mi pueblo cuando llueve, el tiempo se pone oscuro y frío.
Narradora: La gente se acurruca en sus casas.
N: La soledad se pone su ruana de neblina y sale a recorrer las calles.
N: En la biblioteca, se queda solito el bibliotecario, rodeado de tantos libros y con algunos pájaros que vienen a secarse en los tragaluces del techo.
N: Es entonces, cuando los libros se ponen a hablar.
N Los letreros que piden silencio se quedan mudos y el bibliotecario?
Bibliotecario_ Paro bien mis orejas para escuchar lo que dicen, porque hay libros que dicen cosas más grandes que la misma biblioteca.
N_ Cuéntanos Renato, qué dicen esos libros?
B_ Durante el aguacero del otro día los libros se descosían de tanto conversar. Yo estaba quieto en la esquina del salón y en el tragaluz, quietecitos también estaban unos tordos. Hasta que un libro, le habló a los tordos.
Diccionario_ Mira tordito, yo soy el diccionario Larousse; Por qué no vienes a consultar? Yo enseño las palabras de la lengua castellana.
B _ Los tordos volaron a los pies de diccionario.
Voz Pájaro1 _ Muéstranos la palabra Hombre, para ver si de verdad sabes.
B _ El diccionario se abrió en el medio y dijo:
Diccionario _ Ser, dotado de inteligencia y de un lenguaje articulado, clasificado entre los mamíferos y caracterizado por su cerebro voluminoso
Voz pájaro 2_ Mentira, ¿cómo va a tener inteligencia, si fue precisamente un pichón de hombre quien destruyó el nido que acabábamos de hacer en la mata de guama?
Voz P1_ Y cómo va a tener un cerebro voluminoso el hombre, si sus pichones a cada rato nos persiguen a pedradas?
Libro _ Ese diccionario es un mentiroso!
_ Y tú qué libro eres?
Libro_ yo soy un libro de matemáticas, yo les enseño a sumar, restar, multiplicar y dividir. Ábranme, ábranme para que vean!
B_ El tordo abrió el libro en una página donde había problemas, uno decía:
Voz P1: Luisito, tiene 4 turpiales en una jaula y 3 cardenales en otra.
Cuántos pájaros tiene en total?
Voz P2: _ Tiene 7 pájaros. Pero ese Lusito, no tiene corazón!
Libro2_ Verdad, ese libro enseña la crueldad.
Voz P2_ Quién eres?
Libro2 _ yo soy un libro de Educación moral y Cívica, vengan acá que yo les enseño el amor a la libertad.
B_ El tordo abrió el libro que había hablado y leyó:
Voz P1_ La libertad del pensamiento es la esencia del sistema democrático.
Voz P2 _ En realidad, cuando los seres humanos piensan se parecen a nosotros, se ponen a volar.
VozP1_ Pensar es tener alas.
Libro3_ (toser) Nosotros
_ ¿Si? ¿Quién eres?
Libro3_ Yo soy un libro de literatura, nosotros también tenemos alas. Alas son nuestras páginas, ya que hacemos pensar mucho a los lectores.
Libro4_ Si, así es, yo soy un libro de cuentos infantiles, yo tengo 32 alas, que son como las de 16 pájaros.
Libro5 _ Espera, espera, que tu eres una pulguita volando, yo soy una Enciclopedia, con mis 5752 páginas yo tengo más alas que todos los pájaros de este pueblo.
Libro6 _ Calma, calma; está bien. Yo soy un libro de Derechos, pero déjenme decirles que las gallinas también tienen alas y vuelan muy bajito. Son importantes las alas y también el vuelo, pero más importante es la trascendencia en el contenido; alas para despertar, despegar y volar alto, hacer caminos, llegar tan lejos como si voláramos en las alas de un zamuro, de un águila o de un cóndor.
Aquí está mi vecina la Biblia que hace volar hasta Dios a quienes la leen.
B_ Los tordos volaron al pie de la Biblia y ésta se les abrió delante apareciendo claras y luminosas las siguientes palabras que leyeron los tordos:
Voz P1_ Miren como las aves del cielo no siembran,
Voz P2_ ni cosechan,
VozP1_ni guardan en bodegas.
VozP2_Y el padre celestial las alimenta.
N: Los tordos leyeron aquel texto mientras un libro de lengua les explicaba en voz alta porque la lluvia ensordecía al caer recia sobre el techo.
En eso, un muchachito entró corriendo a la Biblioteca, los libros hicieron silencio
B_ niño, Qué vienes a investigar?
Niño _ Nada, me quedan 2 empanadas por vender y quise ver si usted me las quiere comprar.
B_ Está bien, cuánto cuestan?
Niño_ quinientos bolívares cada una.
B_Toma pues tus bolívares!
Niño_ Tenga!
N: El bibliotecario empezó a comerse su empanada, delante del niño y de los tordos que lo miraban, así que decidió compartirlas con ellos dejándole caer pedacitos a través de la ventana.
N: Los tordos volaron a comerse las migas, pero entonces
Libro_ ¡Renato, A mí no me diste!
Niño_ Maestro, un libro está hablando, mejor me voy.
B_ Cuando me acerqué a ver qué libro había hablado, la portada decía El Hambre en el mundo, y me puse a pensar
N: Pero, había escampado, y una fila de estudiantes entraba a la biblioteca, mientras el bibliotecario acomodaba rápidamente los libros en los estantes.
N: Y de aquella historia podemos decir: que el hambre de alimentos se puede quitar comiendo pero el hambre de sabiduría sólo se quita leyendo.
N: Si la gente leyera más habría menos hambre en el mundo.
GRUPO TEATRO DEL AIRE
DIRECCIÓN: NILDA SARMIENTO.
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