Descripción:
Esa genética de superioridad, con las consecuencias de desprecio hacia otros, porque eran de otra raza, de otra etnia, de otras costumbres, de otras culturas; todo eso, sigue ahí apuntalado, en el subconsciente de quién así se deja emborrachar, como una especie de heredad, pero ya, también, lo encuentra entre los componentes de su mismo clan
compendio de dichos vínculos, son los que sustentan una conciencia, donde la persona, se convence de poseer esa distinción.
siendo llenos, de eso que conocemos como identidades.
La etnicidad, el sexo, las culturas, las religiones…, son meros productos de mercaderías con las que se negocian y lucren. ¿En tan bajo lugar dejamos relegadas a nuestras personas, que las obligamos en hacerse dependientes de todos estos tipos de inventos? Miremos a la naturaleza, nosotros somos parte de ella, no podemos continuar desentonando tanto de nuestros verdaderos orígenes. Naturalmente que caemos en la gravedad de ser sometidos a distintos tipos de roles; el rol de género determina un comportamiento social, donde por su condición de sexo, en la mayoría de las culturas, se somete a una muy errónea discriminación, como es el caso de la mujer, que es apartada del poder, sea económico como político; pero no se duda en ser utilizada como mercadería, en el sexo, en las modas, etc.
Falso progreso es sinónimo de ilusoria felicidad.
No nos extrañe que prolifere el acoso sexual, la discriminación laboral, la inseguridad, etc., si las esferas políticas y élites sociales solo están por y para ellos mismos. Oficialmente es normal y general que se hayan caído en desvaríos terribles, donde el ciudadano sea infravalorado, perseguido; incluso, consentido por propias leyes de distinta índole. ¿Que nos puede extrañar que la mujer se le prohíba ir a la escuela o que vaya cubierta toda como algo inexistente, bajo pena de muerte?; ¿qué por ley, se practique el aborto deliberado y el propio asesinato infanticida, por el simple hecho de ser niñas?, nos encontramos ante leyes demenciales asesinas y ante culturas criminales magnicidas; aprobadas y ejecutadas por padres o maestros sabios creadores, como debiera ser el adulto, que no dudan en levantar su puño homicida, contra la ley de la naturaleza, como es la vida y la igualdad.
Libreto:
La levedad de un castigo, no corrige. En la misma manera que se delinque, se debe de pagar; en el mismo grado de gravedad como de levedad, pero siempre en el mismo grado y si posible fuera, con mismas herramientas de la acción delictiva; si en verdad pretendemos caminar de manera recta y correcta desde unos principios de igualdad; es un tema que se desarrolla en la obra Ley del Conocimiento. Tampoco sigamos señalando de que es un problema de género, por ejemplo; no se trata de eso; es más bien, un problema de principios. Cuando los valores no se inculcan; cuando a la persona, no se le corresponsabiliza, por igual, en la misma forma que realiza la acción, ahí se van creando una serie de oquedades, de porosidades, donde la falta de solidez, empujará a que vaya quebrando por acá y por allá, transformado en delitos sus pasos en la vida.
Tanto hombre como mujer, son seres corrompibles. La falta de ejemplaridad del hombre, antaño, era perseguible y severamente revendible. La pésima ejemplaridad del adulto hoy, es una simple levedad. Nos estamos comiendo y devorando las generaciones de hoy, con propuestas y metas de que sea la mujer, implicada igual que el hombre, en todas y cada una de las actividades. Ni alcanzando un nivel igualador del 50% de las mujeres, especialmente, en posiciones relevantes en los órganos del estado, se encontrará soluciones prácticas; de hecho, la desestructuración de las familias y de los hogares, con el gravamen de abandono, formación y cuidados de los hijos, son ‘levedades’ que están ocupando mucho tiempo a los investigadores, para encontrar soluciones, generalmente imprácticas.
¿A quién no le interesa que se pague por igual según se delinque?, al delincuente sin duda que prefiere seguir escondido en la cobardía de su acción.
El hombre era arrancado de su familia y de su labor agraria y de campesinado, porque en la ciudad iba a encontrar mayores oportunidades y bienestar para los suyos. La mujer es arrancada de su hogar y de su familia porque debe luchar por conquistar una igualdad respecto al hombre. De ésta manera se logró desarraigar a nuestras gentes de su autosuficiencia, donde trabajaban para vivir; no como en la actualidad que se trabaja para comprar y consumir. Al final nadie se responsabiliza de nada ni de nadie; ni tan siquiera de sí mismo. Desembocamos en generaciones enteras que no tiene norte, no saben hacia ni como caminar. Todo se va camuflando en identidades, rangos.
¿Cómo se le explica al conjunto social que la falta de objetivo y afinidad, son origen de su inmadurez?
La levedad de un castigo, no corrige. En la misma manera que se delinque, se debe de pagar; en el mismo grado de gravedad como de levedad, pero siempre en el mismo grado y si posible fuera, con mismas herramientas de la acción delictiva; si en verdad pretendemos caminar de manera recta y correcta desde unos principios de igualdad; es un tema que se desarrolla en la obra Ley del Conocimiento. Tampoco sigamos señalando de que es un problema de género, por ejemplo; no se trata de eso; es más bien, un problema de principios. Cuando los valores no se inculcan; cuando a la persona, no se le corresponsabiliza, por igual, en la misma forma que realiza la acción, ahí se van creando una serie de oquedades, de porosidades, donde la falta de solidez, empujará a que vaya quebrando por acá y por allá, transformado en delitos sus pasos en la vida. Tanto hombre como mujer, son seres corrompibles. La falta de ejemplaridad del hombre, antaño, era perseguible y severamente revendible. La pésima ejemplaridad del adulto hoy, es una simple levedad. Nos estamos comiendo y devorando las generaciones de hoy, con propuestas y metas de que sea la mujer, implicada igual que el hombre, en todas y cada una de las actividades. Ni alcanzando un nivel igualador del 50% de las mujeres, especialmente, en posiciones relevantes en los órganos del estado, se encontrará soluciones prácticas; de hecho, la desestructuración de las familias y de los hogares, con el gravamen de abandono, formación y cuidados de los hijos, son ‘levedades’ que están ocupando mucho tiempo a los investigadores, para encontrar soluciones, generalmente imprácticas. ¿A quién no le interesa que se pague por igual según se delinque?, al delincuente sin duda que prefiere seguir escondido en la cobardía de su acción. El hombre era arrancado de su familia y de su labor agraria y de campesinado, porque en la ciudad iba a encontrar mayores oportunidades y bienestar para los suyos. La mujer es arrancada de su hogar y de su familia porque debe luchar por conquistar una igualdad respecto al hombre. De ésta manera se logró desarraigar a nuestras gentes de su autosuficiencia, donde trabajaban para vivir; no como en la actualidad que se trabaja para comprar y consumir. Al final nadie se responsabiliza de nada ni de nadie; ni tan siquiera de sí mismo. Desembocamos en generaciones enteras que no tiene norte, no saben hacia ni como caminar. Todo se va camuflando en identidades, rangos. ¿Cómo se le explica al conjunto social que la falta de objetivo y afinidad, son origen de su inmadurez? Enlace para acceder a las obras de J. Híades...http://www.escuelaabierta.es/?page_id=263