A diario se reciben noticias sobre la destrucción de la vida en la capital: árboles saludables de 20 o más años arrancados para hacer una plaza comercial en la colonia Del Valle, la amenaza sobre el Río Magdalena y las zonas de recarga acuífera por la construcción de la Supervía Poniente, la privatización del Deportivo Reynosa y la Alameda del Norte en Azcapozalco, por no hablar más que de tres ejemplos de lo que se esconde tras el discurso "modernizante del Capo Ebrard.
La resistencia de los habitantes de Magdalena Contreras contra la Supervía ha alcanzado mayor visibilidad, si bien el gobierno capitalino los rebazó por la derecha al tomar manu militari la zona cero: en febrero de 2011 la construcción de la Supervía avanza bajo resguardo de los granaderos. El Frente Amplio contra la Supervía logró un avance importante al promover una Recomendación de la CDH del DF que pide al gobierno local que pare la construcción hasta la realización de una consulta pública.
Otras tantas luchas se pierden en el silencio mediático de los poderosos, pero siguen empujando al monstruo capital fuera de sus barrios y de sus espacios de convivencia.
En Tlaltenco varios ejidatarios han ganado juicios contra la voracidad del gobierno que pretendía quitarles sus tierras. Esos juicios también crean dificultades para el avance de los megaproyectos, pues en adelante quienes sean despojados saben que pueden organizarse en defensa de sus territorios.
En Las Lomas de Chapultepec, las realidades sociales son distintas, pues más que despojo de tierras en sentido literal, los vecinos resisten por las afectaciones a su calidad de vida. Tras haber echado atrás el proyecto de la Torre del Bicentenario, ahora enfrentan la construcción de una Torre de decenas de niveles aéreos y subterráneos en la calle de Pedregal. Con razón, los vecinos han subrayado los efectos nefastos sobre el tráfico y los servicios urbanos que trae aparejada una construcción tan grande. Igualmente, se oponen a la construcción de "deprimidos", pasos a desnivel que supuestamente favorecen la circulación.
En Azcapozalco, el gobierno capitalino ha entregado más de 7 hectáreas del Deportivo Reynosa y la Alameda del Norte a un consorcio privado para que construya y administre un Mega Foro-Estadio. En una de las zonas más urbanizadas y contaminadas de la capital y sin consulta alguna a la población, el gobierno tiene el cinismo de entregar uno de los pocos pulmones que permite salir del gris concreto y pasar un momento con los demás.
Cuatro casos entre decenas que se producen en Ciudad Monstruo.
Haciendo cuentas alegres, el Capo Marchelo Ebrard ya se ve como candidato a la presidencia y pretende sacar como trofeo para el capital, la construcción de un DF - Metrópolis. Sentimos decepcionarlo Sr. Ebrard, pues en esta ciudad habemos muchas personas que no estamos dispuestas a privilegiar los intereses inmobiliarios, los autos, los centros comerciales y de espectáculos. Queremos parques, transporte público que no afecte a nuestras comunidades, ciclopistas, acabar con la cultura del automóvil individual y tantas otras cosas que nos permitan hacer nuestra propia ciudad.
El sábado 29 de enero tuvimos una larga charla con compañeras y compañeros que participan en la resistencia contra el monstruo capital, en la capital. Acá la compartimos: caminando y platicando por nuestros barrios, construimos la resistencia y una ciudad nuestra.