El sonido se iguala con la conciencia universal, la estructura del universo, el proceso cósmico de la creación, y se corporiza en la divina trinidad que componen Brama, Vishnú y Shiva.
El Alma Universal, queriendo hablar, aviva la mente.
La mente sacude al fuego constante en el cuerpo y ese fuego sacude al viento.
Luego, ese viento constante en la región de Brama, elevándose por los senderos ascendentes, manifiesta al sonido sucesivamente en el corazón, la garganta, la cabeza y la boca.
En línea con estas primeras palabras, presentamos hoy al músico hindú Alí Akbar Khan, en su disco “Pre-Daun tu Sunrais Ragas” de 1967.
Los filósofos hindúes reconocieron sutiles gradaciones del proceso por el que se libera el sonido musical…… a partir del inconsciente, comprendido como intención en la mente consciente, manifestándose en la garganta, formando un lenguaje articulado por los órganos de la expresión (paladar, lengua, labios)…
y emergiendo en el aire como sonido diferenciado.
Con esto como fondo, es fácil entender la unión de la música y la fonética articulatoria en el género literario hindú temprano conocido como siksa.
Se suele comparar el proceso de emanación musical con las fases evolutivas sucesivas de la vida vegetal; ausencia total de diferenciación, semilla, brote, formación de hojas, tipos diferenciados de hojas y formas externas.
Imbuido de esta filosofía, el músico hindú consideraba a cada emisión de sonido (especialmente el sonido vocal) como una acción sagrada y como un medio de "embarque" en el sonido universal.
Su improvisación inicial en tiempo libre simboliza la liberación de sonido de su fuente interna.
El resultado de la experiencia musical se describe con elocuencia en los libros sagrados.
"Para el yogui, cuyo espíritu logra un estado unificado por el goce de objetos como la música, tiene lugar una absorción y un anclaje de la mente.
Donde hay un flujo continuo y largo de sonidos de instrumentos encordados, uno se libera de otros objetos de cognición y se funde en esa última y verdadera forma de ese Ser Supremo (Brama)”.
La teoría también nos recuerda la importancia del cuerpo humano como modelo para la música en las culturas asiáticas.
Ante la ausencia de notaciones precisas, la cultura musical de la India mide la altura y las duraciones por el cuerpo y sobre él.
Desde la perspectiva asiática, el sonido musical no es algo externo, como cuando uno se sienta al piano y activa un mecanismo productor de sonido.
Es algo interno que se saca a la superficie. Un proceso con el que uno se puede poner a tono.
Es, por fin, una identificación.
El texto del presente programa pertenece a Lewis Rowell, de su libro “Introducción a la filosofía de la música”, publicado en Buenos Aires, por la editorial Gedisa en 1991.
Hoy, en LPMR escuchamos música de Alíi Akbar Khan, en su disco “Pre-Dawn to Sunrise Ragas” de 1967.
Ali Akbar Khan fue un músico clásico Hindustani, conocido por su virtuosismo en el sarod, instrumento de cuerda familiarizado con el sitar.
Khan fue clave en la popularización de la música clásica de la India en Occidente, tanto como intérprete (a menudo en combinación con el maestro del sitar Ravi Shankar ), y como docente.