Su música está ahí, viva. Es la música de alguien que sólo vivió para ella.
Fue compositor, arreglador, guitarrista y poeta. Un gran artista en definitiva.
Uno de los músicos argentinos más influyentes en su tiempo y aún hoy.
La música de Rodolfo Alchourron se resiste a cualquier intento de digestión rápida, de satisfacción fácil o escucha superflua.
Hoy vamos a hacer un primer recorrido por su obra.
Abrimos el programa con “Laura va”, por Almendra, y seguimos con “Clarificación”, perteneciente al primer álbum del grupo Sanata y Clarificación, octeto liderado por Alchourron a principios de los 70.
Rodolfo Alchourron estudió música con distinguidos maestros: Ginastera, Bautista, Sinópoli, Fisher y Kropfl.
Sus primeras incursiones en la composición lo encontraron dentro del ámbito de la música clásica.
A pesar de eso, pronto se produjo un definitivo viraje hacia la música popular.
Atraído por el jazz desde su adolescencia, realizó dentro de él numerosos trabajos como autor, arreglador e intérprete, siempre detrás de la renovación y la búsqueda.
En los años 60, pasó por la agrupación Nueva Música, el Instituto Di Tella, y Juventudes Musicales.
Sus proyectos musicales pasaban por el jazz, ya sea en formatos pequeños como el aquella big band de 17 integrantes.
En paralelo, intervenía como arreglador en discos de rock de Almendra, Miguel Abuelo, Arco Iris y Tanguito.
Como guitarrista, Rodolfo Alchourron, integró la agrupación del bandoneonista platense Eduardo Rovira, participación que quedó registrada en el álbum “Tango en la Universidad”.
En otro momento, formó un trío con Rodolfo Mederos en bandoneón, y el trompetista Gustavo Bergalli. En “Laura va” de Almendra, hay un ejemplo de este trabajo.
Entre los años 1970 y 1974, su agrupación Sanata y Clarificación fue la expresión local de los que trataban de integrar el jazz con el rock.
De esa época es el material que estamos escuchando hoy: los volúmenes 1 y 2, nuevamente producidos en 2008 por Melopea Discos.
En algún momento posterior a 1974, Alchourron produce un cambio al alejarse del jazz e integrarse al tango y al folklore.
A cierta altura de su carrera, Alchourron se radica en Nueva York entre 1978 y 1989, sintiéndose ignorado en su país.
Allí actuó regularmente, al frente de su grupo Southern Exposure.
En sus numerosas canciones y piezas instrumentales, combinó elementos del jazz con ritmos folklóricos sudamericanos.
De esta época son sus álbumes “Parábola” de 1980, “To be so far away” de 1984, “Telebito” de 1987, y “Una fábula” de 1988.
Ese mismo año, 1988, Astor Piazzolla le confió la dirección musical del espectáculo “Dangerous game” , y fue el guitarrista del álbum de Piazzolla “The Rough Dancer and the ciclycal night”.
De regreso a Bs As en 1990, Alchourron presentó nuevas obras a través de dos singulares proyectos: “Mientras dure”, agrupación no convencional de 12 integrantes, y “Ventana al espacio”, combinación de instrumentos tradicionales y electrónicos para seis ejecutantes.
Durante el período 1993-1995, desarrolló su actividad con el grupo “Talismán”, del que quedó un álbum con ese nombre, que recién fue publicado en 2004 por el sello Viajero Inmóvil.
Desde Abril de 1996, Alchourron se presentó al frente de un sexteto de música original argentina contemporánea; proyecto denominado “Tango a destiempo”.
Complementando su actividad artística, dictó regularmente cursos de armonía y composición desde el año 1969.
Algunos de sus alumnos fueron Bernardo Baraj, Adalberto Cebasco, Daniel Binelli, Saul Cosentino, Litto Nebbia, Ricardo Lew y Norberto Minichilo.
Rodolfo Alchourron no llegó a viejo: nunca lo hubiese podido ser, con su genio y figura de Quijote, muchacho brillante, imprevisible y jodón, Rodolfo siempre fue un niño al acecho.
Y seguramente, hubiese seguido así hasta los 200 años.