El compositor ruso Edward Artemiev es un pionero en la extinta Unión Soviética de la música electrónica.
Fue introducido a la misma por el ingeniero Murzin, inventor de uno de los más singulares instrumentos electrónicos jamás creado; el sintetizador foto-electrónico ANS.
A lo largo de su trayectoria, Artemiev ha realizado álbumes de rock progresivo, música para teatro y televisión, trabajos electroacústicos, música para películas y óperas...
Se hizo conocido en occidente por ser el compositor de las bandas sonoras de dos de los más grandes cineastas rusos de todos los tiempos: Andrei Tarkovsky y Nikita Mijalkov.
Suyas son las partituras de títulos emblemáticos como Solaris de 1972, El espejo de 1975, y Stalker de 1979 de Tarkovsky… y Urga, Quemado por el Sol y Doce, por parte de Mijalkov.
Edward Artemiev es más conocido en el extranjero que en la propia Rusia.
Según su biógrafa Tatiana Yegorova, Artemiev es un músico que es receptivo tanto a los nuevos descubrimientos en el arte contemporáneo, y a la vez es capaz de preservar la delicadeza de la herencia clásica de las generaciones anteriores.
La biografía es bastante precisa e informativa en las etapas iniciales de la vida de Artemiev, y en especial su período como estudiante en el Conservatorio de Moscú.
Fue en el marco de la creación de un estudio de vanguardia bajo la batuta de Murzin en el que jóvenes compositores como Stanislav Kreitchi, Sofia Gubaidulina, Alfred Schnittke y el propio Artemiev crearían algunas de las primeras piezas musicales electrónicas de la era soviética, grabadas para el álbum Electronic Music.
Le siguió un segundo álbum titulado Musical Offering, que incluía sus piezas "Mosaics" de 1967 y "Twelve Glimpses In The World Of Sound" de 1969, que por cuestiones políticas no se editó hasta 1990. Sabrán imaginarse los motivos.
Aquellas manifestaciones culturales vanguardistas, provocaron un acercamiento de Artemiev al rock progresivo británico de los primeros años 70, en especial a la música de King Crimson, Pink Floyd y Emerson, Lake & Palmer, los alemanes Klaus Schulze, Tangerine Dream, y Kraftwerk y el griego Vangelis.
La colaboración de Artemiev con el director Andrei Tarkovsky fue muy fructífera: comenzó en Solaris, siguió en El Espejo, y culminó en Stalker.
Con Nikita Mijalkov se concretó en su película The Slave Of Love de 1975, y con Andrei Konchalovsky, hermano del anterior, en el film Siberiad de 1979.
Edward Artemiev creó en los años 70 el grupo experimental de música electrónica Boomerang, componiendo para orquesta e instrumentos electrónicos y mostrando un enorme interés por las religiones orientales como el budismo.
Interés que le llevó a realizar la composición sinfónica "The Seven Gates Into The World Of Satori" en 1974.
En el disco Metamorphoses de 1980, hay versiones electrónicas de piezas de Prokófiev, Debussí y Bach, entre otros, disco que realizó en colaboración con Vladimir Martinov y Yuri Bogdanof.
De esta etapa destaca sobre todo su oratorio "The Od To The Herald Of God" que tuvo un papel destacado en los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980.
No obstante, la fama y el reconocimiento no le llegarían al compositor Artemiev hasta finales de los años 80.
Compone además la pieza electrónica "The Three Views Of The Revolution" dedicada al Bicentenario de la Revolución Francesa, que cosechó un gran éxito en el Festival Internacional de Música y Creación Electrónica de Bourges en 1989.
Entre 1987 y 1993 Artemiev trabajó en numerosos proyectos cinematográficos en Hollywood dirigidos por compatriotas como Andrei Konchalovsky.
En los años 90 llevó a cabo una estrecha colaboración con Nikita Mijalkov, especialmente en Quemado por el sol (1994), y El Barbero de Siberia (1998).
Luego vino la ópera Crimen y Castigo, basada en la novela homónima de Dovstoyevsky, que en 1978 Konchalovsky le ofreció componer a Artemiev. Este trabajo no fue completado hasta el año 2002, y su edición en CD no vio la luz hasta 2008.
El texto del presente programa pertenece a la página audionautas punto com, y fue publicado en 2010
Fue introducido a la misma por el ingeniero Murzin, inventor de uno de los más singulares instrumentos electrónicos jamás creado; el sintetizador foto-electrónico ANS.
A lo largo de su trayectoria, Artemiev ha realizado álbumes de rock progresivo, música para teatro y televisión, trabajos electroacústicos, música para películas y óperas...
Se hizo conocido en occidente por ser el compositor de las bandas sonoras de dos de los más grandes cineastas rusos de todos los tiempos: Andrei Tarkovsky y Nikita Mijalkov.
Suyas son las partituras de títulos emblemáticos como Solaris de 1972, El espejo de 1975, y Stalker de 1979 de Tarkovsky… y Urga, Quemado por el Sol y Doce, por parte de Mijalkov.
Edward Artemiev es más conocido en el extranjero que en la propia Rusia.
Según su biógrafa Tatiana Yegorova, Artemiev es un músico que es receptivo tanto a los nuevos descubrimientos en el arte contemporáneo, y a la vez es capaz de preservar la delicadeza de la herencia clásica de las generaciones anteriores.
La biografía es bastante precisa e informativa en las etapas iniciales de la vida de Artemiev, y en especial su período como estudiante en el Conservatorio de Moscú.
Fue en el marco de la creación de un estudio de vanguardia bajo la batuta de Murzin en el que jóvenes compositores como Stanislav Kreitchi, Sofia Gubaidulina, Alfred Schnittke y el propio Artemiev crearían algunas de las primeras piezas musicales electrónicas de la era soviética, grabadas para el álbum Electronic Music.
Le siguió un segundo álbum titulado Musical Offering, que incluía sus piezas "Mosaics" de 1967 y "Twelve Glimpses In The World Of Sound" de 1969, que por cuestiones políticas no se editó hasta 1990. Sabrán imaginarse los motivos.
Aquellas manifestaciones culturales vanguardistas, provocaron un acercamiento de Artemiev al rock progresivo británico de los primeros años 70, en especial a la música de King Crimson, Pink Floyd y Emerson, Lake & Palmer, los alemanes Klaus Schulze, Tangerine Dream, y Kraftwerk y el griego Vangelis.
La colaboración de Artemiev con el director Andrei Tarkovsky fue muy fructífera: comenzó en Solaris, siguió en El Espejo, y culminó en Stalker.
Con Nikita Mijalkov se concretó en su película The Slave Of Love de 1975, y con Andrei Konchalovsky, hermano del anterior, en el film Siberiad de 1979.
Edward Artemiev creó en los años 70 el grupo experimental de música electrónica Boomerang, componiendo para orquesta e instrumentos electrónicos y mostrando un enorme interés por las religiones orientales como el budismo.
Interés que le llevó a realizar la composición sinfónica "The Seven Gates Into The World Of Satori" en 1974.
En el disco Metamorphoses de 1980, hay versiones electrónicas de piezas de Prokófiev, Debussí y Bach, entre otros, disco que realizó en colaboración con Vladimir Martinov y Yuri Bogdanof.
De esta etapa destaca sobre todo su oratorio "The Od To The Herald Of God" que tuvo un papel destacado en los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980.
No obstante, la fama y el reconocimiento no le llegarían al compositor Artemiev hasta finales de los años 80.
Compone además la pieza electrónica "The Three Views Of The Revolution" dedicada al Bicentenario de la Revolución Francesa, que cosechó un gran éxito en el Festival Internacional de Música y Creación Electrónica de Bourges en 1989.
Entre 1987 y 1993 Artemiev trabajó en numerosos proyectos cinematográficos en Hollywood dirigidos por compatriotas como Andrei Konchalovsky.
En los años 90 llevó a cabo una estrecha colaboración con Nikita Mijalkov, especialmente en Quemado por el sol (1994), y El Barbero de Siberia (1998).
Luego vino la ópera Crimen y Castigo, basada en la novela homónima de Dovstoyevsky, que en 1978 Konchalovsky le ofreció componer a Artemiev. Este trabajo no fue completado hasta el año 2002, y su edición en CD no vio la luz hasta 2008.
El texto del presente programa pertenece a la página audionautas punto com, y fue publicado en 2010
