Enrique Mario Franchini y Hugo Baralis en violines, Atilio Stampone en piano, Leopoldo Federico como segundo bandoneón, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica, José Bragato en violoncello y Juan Vasallo en contrabajo.
Este notable conjunto alcanzó un nivel de creatividad que el propio Astor conseguiría posteriormente muy rara vez igualar.
Hoy, en LPMR, le vamos a echar una ojeada a la música que Piazzolla escribió para el Octeto Buenos Aires.
Piazzolla dice haberse inspirado «en 1954, estando en París, al ver y escuchar a muchos conjuntos de jazz moderno, entre ellos al octeto de Gerry Mulligan.
Fue realmente maravilloso ver el entusiasmo que existía entre ellos mientras ejecutaban, ese goce individual en las improvisaciones, el entusiasmo de conjunto.
Fue un impulso irresistible el de jerarquizarlo musicalmente y darles otras formas de lucimiento a los instrumentistas.
En dos palabras, lograr que el tango entusiasme y no canse al ejecutante y al oyente, sin que deje de ser tango, y que sea, más que nunca, música».
Tal como había ocurrido con sus formaciones anteriores, las actuaciones del Octeto Buenos Aires eran muy esporádicas y, por lo tanto, resultaba difícil mantenerlo en actividad.
Sus integrantes se veían obligados a participar en otras agrupaciones para obtener la satisfacción económica que jamás el nivel creativo de ese octeto podría, llegar a proporcionarles.
Desafortunadamente, sólo pudo grabar dos larga duración, el segundo con una deficiente calidad técnica de grabación.
En el primer disco, registrado para el sello Disc Jockey, incorporó las composiciones "Haydée”, “Neotango”, “Anoné”, "El entrerriano", “Tangology", "Marrón y azul", "Los mareados", "El Marne", "Arrabal" y "A fuego lento".
En el disco posterior, un LP de 25 cm, el mismo diámetro de los 78 rpm, grabado para el sello Allegro, el nivel de excelencia es parejo, y los seis tangos que incluye lo ubican como uno de los hitos fundamentales de la discografía tanguera.
Luis Adolfo Sierra, gran conocedor, de refinado gusto y de tradición decareana, que fue el encargado de comentar en su contratapa el disco del Octeto grabado para Allegro, escribió…
: «La vigencia de rígidos moldes tradicionales, inexorablemente superados por el tiempo, ha venido postergando el natural y necesario proceso de adaptación del tango a la influencia de renovadoras corrientes evolucionistas…
… recogidas y asimiladas ya definitivamente, por las más importantes manifestaciones musicales de otras latitudes, a través de la inquietud de talentosos espíritus creadores que han adecuado revolucionarios criterios de vanguardia a las expresiones originarias de los distintos géneros».
«El Octeto Buenos Aires, en sus modernas concepciones estéticas y avanzadas realizaciones técnicas, rompe totalmente y sin concesiones con regresivos convencionalismos, que anquilosan al tango.
«Este es el punto exacto —afirma Kuri— donde se inscribe el nacimiento del tango contemporáneo, punto de no retorno, inicio de la última mutación en el interior del tango...
El texto del presente programa fue extraído del libro "Astor Piazzolla El tango culminante", de Julio Nudler, Aldo Delhor y Laureano Fernández, que la Editorial La Página publicó en 2001.
El Octeto Buenos Aires estuvo aquí integrado por Enrique Mario Franchini y Hugo Baralis en violines, Atilio Stampone en piano, Leopoldo Federico como segundo bandoneón, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica, José Bragato en violoncello y Juan Vasallo en contrabajo.
Las grabaciones corresponden a los discos Octeto Buenos Aires y Tango Progresivo, ambos de 1957, año en el que el dictador Aramburu convoca a elecciones generales para un año después.