El Municipium Calagurris Iulia Nassica es la ciudad romana antecesora de la moderna Calahorra.
El origen de esta ciudad hay que buscarlo en una antiguo asentamiento celtibérico que luego se convirtió en una importante urbe romana que alcanzó la consideración de Municipio de Derecho y de la que han quedado suficientes restos arqueológicos como para conocer, de primera mano, su relevancia. De la ciudad romana de Calagurris quedan algunos mínimos restos de su viejo circo, como también de la muralla que rodeó la urbe con motivo de las primeras invasiones bárbaras en el siglo III.
El Museo Municipal de Calahorra es otro importante lugar que el visitante interesado en la Calahorra romana no puede dejar de visitar.En el jardín que antecede a las instalaciones del Museo hay diversos restos arqueológicos, como trozos de columnas y otros restos arquitectónicos.
Pasando al interior hay que fijarse en la buena colección de mosaicos y esculturas de las que sobresale la famosa "Dama Calagurritana" y su inventario de objetos pequeños de uso cotidiano, como su gran colección numismática y de cerámicas.
Para muchos visitantes sorprende la ubicación de la catedral de Calahorra, a las afueras de la ciudad y en su parte baja junto al río Cidacos, alejada del resto del casco antiguo. La razón es que en el lugar que ocupa fue donde recibieron martirio los santos patronos de la ciudad, San Emeterio y San Celedonio.
La economía calagurritana está basada en la agricultura. Los productos de la huerta son los que constituyen, desde siempre, el motor de progreso de la ciudad y sus alrededores. A la sombra de la producción hortícola se ha desarrollado toda una industria de conservas, que en la última mitad del siglo XX ha hecho un lugar a la del calzado, aunque este sector industrial tiene su máximo desarrollo en la cercana ciudad de Arnedo.
Este ha sido nuestro pequeño viaje virtual por Calahorra.