FECHA: 30-01-2019
REDACTOR: Jorge Wejebe Cobo
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Quema de Bayamo, ejemplo para todos los tiempos
El Conde de Valmaseda, Segundo Cabo del entonces gobernador de la Isla, Francisco de Lersundi, inició operaciones en 1869 en la región oriental para acabar con la insurrección promovida por Carlos Manuel de Céspedes, y pensó que fácilmente regresaría a La Habana con la victoria.
Tan seguro se encontraba el Gobernador General de la sumisión de la Isla que acogió con burlas el alzamiento del 10 de octubre de 1868, encabezado por Céspedes, y consideró que un batallón sería suficiente para reprimirlo. Solamente cuando fue derrotada esa fuerza decidió poner al frente de mayores unidades al mencionado Conde de Valmaseda.
Aunque dicho jefe había obtenido importantes resultados militares
en su desempeño, no pudo en Bayamo, la capital mambisa, mantener su costumbre de instalarse en las mejores casas de la localidad porque encontró la ciudad convertida en ruinas humeantes que le demostraron al mundo la decisión de los cubanos de ser libres o morir.
La Villa de San Salvador de Bayamo unos meses antes parecía destinada a reproducir eternamente la dominación española en Cuba, con sus mansiones señoriales edificadas durante siglos de explotación de la mano de obra esclava, las grandes plantaciones de caña y los ingenios azucareros, algunos provistos de novedosas máquinas de vapor propiedad de ricos hacendados, de importantes familias nacidas en la Isla, muchos de ellos educados en Madrid, París o Londres.
En las ciudades de Manzanillo, Bayamo y otras localidades de la región comenzaron las conspiraciones que dieron inicio a la Guerra de Independencia, con el alzamiento del 10 de Octubre de 1868 protagonizado por Céspedes, en su ingenio Demajagua.
Aquel histórico día el Padre de la Patria además de anunciar al mundo las razones que llevaron a los cubanos a luchar por la libertad, igualdad social y la democracia, proclamó la emancipación de sus esclavos y les dejó a su libre albedrío incorporarse o no a la contienda bélica.
La libertad inspiró en los bayameses un inmenso fervor patriótico que tuvo su mayor expresión cuando Perucho Figueredo escribió la letra de La Bayamesa, que sería el Himno Nacional cantado en las plazas y calles por patriotas humildes, en unión de adinerados, muchos de los cuales sacrificaron la vida por la Patria como el propio autor.
La quema de Bayamo por sus propios hijos y la decisión de los patriotas de continuar la guerra a pesar de los primeros reveses, iniciaron 30 años de lucha independentista que tuvieron su etapa culminante en la obra martiana de la Guerra Necesaria de 1895.
El reinicio de la lucha en el 95 dio continuidad al legado de los bayameses, quienes prefirieron convertir en una antorcha encendida su ciudad como ejemplo imperecedero de la disposición de resistencia y lucha para el presente y futuro del pueblo cubano.
Fue un comentario de Jorge Wejebe Cobo… en la voz de… y la realización de…
ACN RADIO
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