FECHA: 1-06-18
REDACTOR: Yaymara Villaverde Marcé
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: En nororiente cubano reverdecida la bella Altiplanicie del Toldo
En la cuenca del Río Piloto, al sureste del municipio holguinero de Moa, se yergue la mayor elevación del Parque Nacional Alejandro de Humboldt, la bella Altiplanicie del Toldo, uno de los principales refugios del escurridizo y amenazado almiquí, mamífero endémico en peligro de extinción, actualmente presente solo en algunas zonas del nororiente cubano.
Entre los ríos Moa -al oeste- y Jaguaní -al este-, en la altura intermontana del atractivo paraje de selvas tropicales, se atesora una rica biodiversidad que alberga, además de al emblemático fósil viviente, a otras importantes especies de la fauna y flora autóctonas; y en las entrañas de su suelo yacimientos minerales donde otrora la prospección puso en peligro al valioso ecosistema.
En la verde meseta de suelos ferralíticos, poblada en buena parte por bosques húmedos de gran porte arbustivo, hoy afortunadamente son historia muchas huellas de aquellos estudios para la explotación minera que, en las pasadas décadas del 70 y 90, agredieron la porción central del "Toldo" con talas y perforaciones orientadas a constatar la calidad del níquel presente.
Para devolverle a este paisaje su esplendor original, en 2012 se emprendió allí un proyecto que ahora exhibe resultados y mostró que independientemente de la importancia del lugar por contener millones de toneladas del mineral, su mayor relevancia está dada por pertenecer a un Sitio Natural de Patrimonio Mundial, de valía para la biodiversidad, el agua potable y otros vitales recursos.
Especialistas y técnicos de la guantanamera Unidad de Servicios Ambientales -rectora del "Humboldt"-, al frente de las acciones conservacionistas, en estos momentos monitorean la evolución del proceso rehabilitador, que incluyó labores de protección de suelos, restauración de fajas hidrorreguladoras y reforestación con plantas autóctonas como el ocuje colorado y el roble.
En entrevista con la ACN, el biólogo Gerardo Begué-Quiala, uno de los involucrados en la recuperación, señaló que en su inicio el programa, definido para un lustro, se propuso rescatar 29 hectáreas, pero en la marcha se reconocieron nuevos espacios dañados y el propósito se extendió a unas 41 hectáreas, en pro de salvaguardar la permanencia de bienes y servicios ecosistémicos de incalculable valor ecológico, económico y social.
El subdirector de la Unidad de Servicios Ambientales de Guantánamo argumentó que en las tareas se emplearon técnicas tradicionales de conservación y eficaces inventivas del trabajador in situ, y se priorizó la atención a especies amenazadas de la flora como el manajú, un tipo de sapotácea, y el podocarpus (un género de las coníferas), todos de gran valía por su endemismo.
Rolando Villaverde, especialista forestal vinculado al loable proyecto, explicó que de haberse apelado solo a la resiliencia del paraje, de manera natural este hubiese tardado largo tiempo para recobrarse y lo haría con plantas oportunistas resistentes a impactos, como el cordobán, lo cual habría limitado la variedad donde otrora convivían de 20 a 30 especies diversas.
Hoy la bella Altiplanicie del nororiente cubano, desde donde nace la Cascada Fugaz, uno de los saltos de agua más hermosos del Parque Humboldt, vuelve a lucir su mejor túnica verde, sobrevolada por cateyes y cotorras y siempre santuario preferido de reptiles exclusivos del área, como la culebrita de cuatro patas y mamíferos cubanos de importancia como la jutía y el almiquí.
Fue un comentario de Yaymara Villaverde Marcé en la voz de… y la realización de…
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