Era frecuente la realización de festivales intercorales en los cuales se presentaban paralelamente actos de humor doméstico protagonizados por grupos formados en cada coro.
En septiembre de 1965, en la ciudad de Tucumán, integrantes de uno de los coros de la Universidad de Buenos Aires presentaron para los demás participantes un espectáculo de música y humor.
Se trataba de divertir a la audiencia con la parodia de un muy formal concierto ofrecido por solistas, pequeño coro y conjunto orquestal integrado por instrumentos no convencionales que los mismos intérpretes habían construidos con materiales caseros.
La obra central de aquel programa fue la Cantata Laxatón y había sido compuesta por uno de los integrantes del grupo, el arquitecto Gerardo Masana…
…quien también fue el inventor de la mayoría de los instrumentos utilizados en aquella oportunidad.
La música parodiaba una cantata barroca, pero con su texto tomado del prospecto de un conocido laxante.
La originalidad de la propuesta, la universalidad del humor y el rigor evidenciado en la preparación del breve show fueron la causa de un eco inesperado.
Al poco tiempo, y ante la sorpresa de los inexpertos jóvenes, el grupo fue contratado para repetir el inaudito espectáculo en una sala de la capital argentina.
Se trataba de un pequeño teatro en donde el conjunto se presentó con el nombre de I Musicisti para ofrecer unas pocas representaciones.
Ante la sorpresa de todos, el éxito fue grande y las actuaciones debieron prolongarse por espacio de tres meses.
Este triunfo resultó decisivo para que, poco después, el grupo fuera aceptado en la programación del Instituto Di Tella, por ese entonces templo de las vanguardias artísticas de Buenos Aires.
El espectáculo presentado se llamó I Musichisti y las óperas Históricas, y constituyó el más grande éxito de público que conociera la sala del Di Tella.
A partir de 1967 el conjunto adoptó su denominación actual -Les Luthiers- coincidiendo con un largo período de perfeccionamiento de su estilo e identidad artística.
Cuando Les Luthiers comenzó a efectuar giras internacionales los públicos del mundo fueron corroborando las sospechas de estos argentinos que constituyen hoy un orgullo nacional…
…se puede reír con la música y no de la música, se puede hacer reír con inteligencia, con elegancia, con sutileza, sin por ello ser necesariamente artistas para unos pocos.
La trayectoria recorrida por el grupo a partir de esta propuesta sigue sorprendiendo, aún a sus mismos integrantes.
Ellos dicen que nunca trabajaron en pos del éxito e incluso ni siquiera creyeron posible la alegría de que su música-humor pudiera ser tan alborozadamente recibida por públicos tan diversos.
El texto del presente programa fue extraído de la página de Les Luthiers.
Los discos escuchados hoy fueron la Cantata Laxaton de 1972, y el Volumen 3 de 1973.