FECHA: 27-04-18
REDACTOR: José Luis López Sado
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Si me dan un dedo, me adueño del madero
En el deporte, y especialmente en las modalidades colectivas –llámese fútbol, béisbol, baloncesto y otras-, existe una máxima que siempre pulula entre los jugadores, tanto noveles, como aquellos que debutan con un determinado conjunto: hay que saber aprovechar la primera oportunidad, para demostrar el real talento competitivo.
A Yurisbel Gracial, el destacado jugador matancero contratado por el club japonés de béisbol Halcones de SoftBank, de la zona del Pacífico, le pasaban los días custodiando el jardín central del segundo equipo de esa franquicia. Pero eran los primeros compases de la temporada y, realmente, no había apuros.
Al fornido atleta, que siempre se había desempeñado como jugador de cuadro, tanto en las Series Nacionales como con sus Cocodrilos yumurinos, solo le restaba cumplir con su contrato: pegarle bien a la Mizuno y defender la pradera con acierto. Lo demás, vendría solo, incluso, romper la “barrera” reglamentaria que estipula la presencia de cuatro extranjeros en el primer equipo. Él quería ser uno de ellos.
Gracial sabía que no podía fallar en sus turnos al cajón de bateo, esperando que, en algún momento, lo ascendieran a la nómina élite, en la cual aparecen sus coterráneos Alfredo Despaigne, como designado, y el lanzador relevista pinareño Liván Moinelo. En ese segundo colectivo del SoftBank, el matancero, que se lesionó en su primer juego de pretemporada, luego de su recuperación estaba dando disertación de buen bateo. Veloz en el corrido y robo de bases, y con mucha potencia en sus disparos desde los jardines, estaba listo para la primera llamada, que él “traduciría” en la última.
Y le llegó el momento tan esperado. El mánager de los Halcones pidió que se lo llevaran al Domo de Fukuoka, para ubicarlo como guardabosque central. Y en aras de aprovechar esa oportunidad, Gracial estuvo concentrado todo el tiempo tanto madero en ristre, como en labores defensivas. Y respondió por todo lo alto.
En cuatro turnos al bate, el yumurino le demostró al mentor que no había pecado en llamarlo al róster titular, ya que pegó tres imparables.
Con esa buena demostración en su primera cita con el equipo grande, ha visto el sueño cumplido, pues se aseguró un cupo en la alineación regular. Y ha seguido castigando la Mizuno, pues su promedio de bateo anda por encima de 400.
De continuar con este excelente accionar, Gracial le crearía un “serio” problema al SoftBank, que al contratar a los cubanos, estipuló que ni Despaigne, ni Moinelo, podrían dejar el equipo para intervenir en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, de Barranquilla, en el venidero mes de julio. ¿Será que, con el matancero a tope, deberán reformular ese proceso contractual con la Federación Cubana de Béisbol? Esperemos.
Fue un comentario de José Luis López Sado en la voz de… y la realización de…
ACN RADIO