FECHA: 25-09-2019
TEMA: Siestas cortas disminuyen riesgos cardiacos.
REDACTOR: Alain Amador
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN.
LOC: Un nuevo estudio observacional del hospital universitario de Lausana, Suiza señala que la frecuencia de las siestas influye en la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular. El descanso ocasional se vincula con una reducción del CUARENTA Y OCHO por ciento.
Sin embargo, no existe este vínculo si se trata de siestas más largas o realizadas con más frecuencia. “En nuestro estudio solo encontramos una asociación entre la frecuencia de las siestas y las enfermedades cardiovasculares, mientras que no encontramos ninguna conexión con la duración de la siesta”, confirma a Sinc Nadine Hausler, principal autora del estudio.
Por otro lado, aquellos que hacían siestas frecuentes –de tres a siete veces a la semana– tenían más somnolencia diurna y una apnea obstructiva del sueño más exagerado, un problema que ocurre cuando las paredes de la garganta se relajan y estrechan durante el sueño, interrumpiendo la respiración normal. En ese grupo destacaban personas de edad más avanzada, hombres, fumadores y gente con sobrepeso.
Para estos, el riesgo de fallo vascular aumentó hasta un SESENTA Y SIETE por ciento, sin embargo, el aumento desapareció al tener en cuenta factores adicionales que pueden influir en la salud.
El estudio se ha realizado en TRES MIL 462 residentes de Lausana (Suiza) seleccionados de manera aleatoria. Cada participante tenía entre 35 y 75 años cuando fue seleccionado para el estudio.
Para llevar a cabo la investigación se tuvieron en cuenta factores relevantes como la edad y la duración del sueño nocturno, así como otros riesgos que provocan enfermedades cardiovasculares, como la presión arterial alta o el colesterol.
“Las personas con pocas siestas compensan la falta de sueño nocturno y, por lo tanto, este descanso puede tener un efecto liberador de estrés. En contraposición, la razón por la que las personas toman siestas frecuentes puede deberse a una condición crónica subyacente. Sin embargo, este es un estudio observacional y no podemos estar seguros del mecanismo”, explica la investigadora.
En un artículo vinculado, expertos de la Universidad de California (EE UU) señalaban que la investigación en esta área se ve obstaculizada por la ausencia de un método estándar que sirva para medir las siestas.
Aunque las vías fisiológicas exactas que vinculan la siesta con el riesgo de enfermedad cardiovascular no están claras, esta investigación contribuye al debate actual sobre los efectos de la siesta en la salud, y sugiere que lo que importa no solo es la duración, sino también la frecuencia.
Novedades de la ciencia y la tecnología por medio de Alain Amador, Yosdani Muñoz y Yasney Crespo.
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