El inesperado fallecimiento del antropólogo Carlos Martínez Sarasola el reciente martes 29 de mayo, nos dejó a todos quienes lo conocíamos y sabíamos de su trabajo y de su compromiso con la causa indígena, muy entristecidos y prácticamente desarmados. Hoy quisimos hablar sobre él y a modo de homenaje llamamos a Luis Pincén, lonko de la Comunidad Vicente Catrunao Pincén, a la que el propio Sarasola pertenecía, y que esa pertenencia sintetizaba su compromiso y acompañamiento en la defensa de los derechos indígenas. Entonces hablamos con Luis Pincén, porque sabíamos de su cercanía afectiva y militante y nos podía comentar diferentes aspectos de Carlos, además de su trabajo como antropólogo y escritor, por el que nos dejara tantos y tan valiosos títulos. En una autobiografía suya, y con la sencillez que lo caracterizó, comentó que conoció el chamanismo y tuvo el honor de trabajar con el maestro Rodolfo Kusch. También explicó que a partir del 2000 inició un nuevo vinculo con los hermanos indígenas ya no sólo como antropólogo sino como persona, a través de compartir con mapuches de la Patagonia la ceremonia anual del Nguillatún. Este proceso personal –dijo- fue deviniendo de a poco en su camino espiritual, fortalecido cuando pasó a formar parte del lof Vicente Catrunao Pincén, acompañando a estos hermanos en una inédita reconstrucción comunitaria.