FECHA: 13-04-18
REDACTOR: Maité Rizo Cedeño
SONIDO: TEMA DE PRESENTACIÓN
LOC: Una Margarita bajo el sol.
Margarita está allí, hermosa en el surco, bajo el sol, haciendo
honores a su nombre.
“Es que me pongo nerviosa”, dice cuando nos acercamos. Es cierto que la grabadora y la cámara pueden ser impresionantes.
Primero me explica que están nivelando con láser los campos de arroz, llevando a coto de proyecto las terrazas, y… ante mi visible expresión de “no entiendo”, traduce: “O sea, lo que estamos haciendo ahora es un método que permitirá obtener rendimientos más altos en toneladas por hectárea”.
Sucede que Margarita Céspedes Ávila es la ingeniera técnica en proyecto que atiende el proceso de nivelación en los campos arroceros de la Unidad Empresarial de Base La Gabina, perteneciente a la Empresa Agroindustrial de Granos Fernando Echenique, en Granma.
La encontramos en áreas de la empresa mixta Tai Chi, en el municipio de Río Cauto, con su pañuelo en la cabeza para proteger el cabello, una camisa de mangas largas y una increíble disposición de trabajo.
“Primero se prepara el suelo, se rotura, se cruza…, y luego con el refinador se le dan los toques finales a la terraza”, y concluye así su explicación.
Margarita, a simple vista se puede apreciar, es una de esas mujeres que aun en el peor de los días, dice con una sonrisa: "Estoy bien, solo un poco cansada". Luce fuerte y hermosa, a pesar de la dureza del sol.
Para enfrentar cada larga jornada de trabajo, y los viajes de más de 30 kilómetros entre los campos de arroz y la casa, ubicada en el municipio de Río Cauto, cuenta con el apoyo incondicional de su esposo y de su hijo, quien gracias a sus esfuerzos se graduó de médico.
“Las mujeres trabajamos muy bien en la agricultura, tenemos los mismos resultados que los hombres”, asegura con cierta ternura quien le ha dedicado más de 30 años a ese sector.
“Comencé como técnico medio en agronomía, luego estuve en la industria, pero volví al surco”, expresa orgullosa, y ya lleva allí cuatro años con la calificación de ingeniera.
“Para mí esto no tiene la cara fea”, manifiesta mientras pasa la vista por los campos listos para cultivar, los cuales se extienden varios kilómetros a la redonda y bajo el sol del mediodía parecen más agotadores. A mí me gusta la agricultura y si me lo permite la salud, pues me voy a jubilar aquí”.
La mayor parte de sus 53 años, ella los ha pasado bajo el sol, trabajando en el surco, y hoy es capaz de afirmar que ni aunque se lo propongan cambiaría de trabajo, "me esfuerzo porque esto me hace feliz”, se despide y toma distancia de la grabadora.
Fue un comentario de Maité Rizo Cedeño en la voz de… y la realización de…
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