7. DIRECCIÓN
Muchas veces, se ve al director como un tirano, alguien que al levantar el dedo pone a la tropa en posición de firmes.
Pues no. El director o directora motiva e inspira a los actores para que estos encuentren una propuesta original que les dé vida a sus personajes. Para que los caractericen lo mejor posible.
Un buen director escucha las opiniones de actores y actrices. Y si son buenas, las acepta.
8. LA COMPLICIDAD ENTRE TÉCNICO Y DIRECTOR
Son aliados, compañeros en la aventura de la grabación.
Mientras la directora o el director están pendientes de la interpretación actoral, de los sentimientos que pueden llegar a trasmitir los personajes, el técnico estará muy pendiente de los niveles de grabación, de que la misma no se ensucie con golpes a los micros, de los ruidos externos y cooperando también con la correcta pronunciación de las palabras.
Al final, el técnico o técnica es quien hará la edición y montaje. Por lo tanto, no debe dudar ni un instante en sugerirle al director que haga repetir una escena cuantas veces sea necesario.
9. LOS PLANOS
No grabes todo en primer plano. Suena muy lineal. Recuerda que también está el segundo y el tercer plano. Estos dan profundidad y distancia a los personajes
EJEMPLO: Imagínate una escena donde un joven cae a un pozo y llega el rescatista. ¿Cómo se escucharía esto en radio?
Veamos. Dile al joven que dé dos pasos hacia atrás del micrófono y que proyecte su voz. Luego, a esa voz le pones una reverberancia (rever) para dar la sensación de profundidad del pozo.
ESCUCHAR
JOVEN (3ER PLANO, GRITANDO) ¡Auxilio, ayúdenme, por favor!
RESCATISTA (1ER PLANO) ¡Tranquilo, te sacaremos de ahí!
JOVEN (3ER PLANO, GRITANDO) ¡Está muy oscuro!... ¡Tengo miedo!
Los planos se estudian desde la creación del libreto: quién entra de tercer a primer plano, desde qué distancia grita, a qué distancia estarán los sonidos de fondo... Todo esto ayuda al técnico a orientar los micrófonos.
La mejor forma de ajustar los planos es con los audífonos. Escuchando bien, sabrás la distancia que necesitas.
10. VIDA A LAS ESCENAS
En la escena de una fiesta intervienen varios elementos: música, murmullos, gritos, risas, copas y los textos de los personajes.
Siempre debes buscar la naturalidad en las escenas. Para ello, grábalas como si todo ocurriera de verdad. En la escena que escucharás a continuación disponíamos de todos los elementos en la cabina.
EJEMPLO (ESCUCHAR)
Una escena así ya está lista para ser transmitida. Además, le ahorra tiempo al técnico y no tiene que andar buscando en los efectos sonoros enlatados para hacer las mezclas.
Si se trata de una pelea, no dudes en pedirles a los actores que forcejeen un poco en cabina, que tumben sillas Esos golpecitos y ruidos le ponen el picante a la escena. ¡Pero no llegues al extremo de meter una vaca al estudio para grabar el proceso de ordeño!
Por cierto, para prever todos los elementos que necesitamos en la grabación, el director entregará temprano al técnico los libretos para que éste les eche un vistazo.
11. LOCUTOR Y LOCUTORA
Olvídate de las locuciones comerciales que resultan frías, sin sabor, sin color, que pretenden un acento neutro, como si el público no tuviera sentimientos. Hasta el texto más rígido, con una entonación natural, coloquial, se puede convertir en música para los oídos.
Acuérdate de subrayar las palabras raras y pedir a los actores que se esfuercen en vocalizarlas bien.
En los programas dramatizados, las locutoras y locutores deben ser narradores, como pintores que pintan las frases con diferentes matices, para hipnotizar a los oyentes, para cautivarlos.
La cuestión es darle intención a lo que se lee, con buena modulación y respetando los signos de puntuación.
12. SIN FRICATEOS
Venezuela se escribe con V corta pero se pronuncia con B alta. También los vallenatos se escriben con V corta y se pronuncian con B alta, igual que las crías de las ballenas.
Pero entonces, ¿por qué locutores y cantantes se empeñan en distinguir estas dos letras? Tal vez se sienten importantes haciéndolo. O acaso, como en francés, inglés y portugués sí se distinguen estos sonidos, piensan que lo mismo debería hacerse en español.
Se equivocan. Ni en España ni en ningún país de América Latina hay que distinguir la V de la B. Ambas se pronuncian igual, como B.
Ahora sí, locutores y locutoras, entremos a cabina con alegría y entusiasmo.
Una buena dirección dará como resultado unas escenas más vivas, locuciones que tocan el alma y una audiencia más fiel.
¡Éxitos, colegas!